CENIT portavoz de la regional exterior de la cnt-ait

"SI CADA REFUGIADO ESPAÑOL NARRASE SIMPLEMENTE LO QUE HA VIVIDO, SE LEVANTARÍA EL MÁS EXTRAORDINARIO Y CONMOVEDOR DE LOS MONUMENTOS HUMANOS" FEDERICA MONTSENY, 1978

10 julio, 2006

La CNT en el 70 aniversario de la Revolución (1936-2006)


"La objetividad de la erudición seguirá siendo una vana ilusión mientras esos impulsos inexpresables permanezcan fuera de su alcance. En lo que respecta a la revolución española, su historia está aún por escribir" (N. Chomsky).
Y esto que se escribía en 1968 sigue siendo aplicable en la actualidad, porque seguimos teniendo un gran desconocimiento público de la más profunda revolución social acaecida en Europa, y la más reciente en el tiempo, y porque las mitificaciones, los "argumentos de autoridad", las falsedades y la falta de rigor han hecho tabla rasa sobre los procesos revolucionarios, negándolos, restándoles importancia, o haciendo recaer sobre ellos todos los males.
No sólo la historiografía franquista tiene la culpa de ello, al igual que el revisionismo actual (trasunto de aquella y con incontables apoyos mediáticos), sino que es la que podemos englobar dentro del pensamiento “liberal-comunista” (como define el gran pensador) la que más mella ha hecho en el conocimiento ponderado y en el reconocimiento justo de unos hechos históricos fundamentales para entender la llamada Guerra Civil española. Y ello porque este pensamiento liberal-comunista, tendente a salvar la II República española bajo el discurso que contrapone democracia a extremismos (fascismos y anarquismos), se cubre de un academicismo, de una erudición y falso rigor científico que, incluso sin hacer explícito su posicionamiento teórico de partida, deja entrever sus condicionamientos ideológicos entre líneas.
Sabemos que frente al feudalismo agrario y frente al capitalismo urbano de entonces (generadores de tremendas desigualdades, violencias, hambrunas y analfabetismo) existía una fuerte organización obrera (con la huelga y la huelga revolucionaria como respuesta) y una cultura popular paralela que se expresaba a través de una desobediencia al ejército (prófugos, automutilaciones...), a la Iglesia (“arrejuntamientos”, anticlericalismo...), al terrateniente (sabotajes, robos...), y al Estado en general (revueltas espontáneas, folclore sarcástico...), contraponiendo una educación paralela (a través de los ateneos y centros obreros), una vinculación estrecha con la naturaleza, unas actitudes solidarias y de apoyo mutuo y una organización del trabajo "a buen común".
Durante la Guerra Civil española se produjo una guerra social donde los grupos dominantes (terratenientes, Iglesia, plutócratas, militares y parte de las clases medias) se emplearon en barrer el tejido ideológico, cultural, solidario y organizativo de la mayoría de los trabajadores que eran izquierdistas, y en respuesta inmediata surgió una revolución social libertaria donde el papel fundamental no corrió a cargo exclusivamente del proletariado (como creen los marxistas) sino del pueblo trabajador en su conjunto (campesinos, jornaleros, obreros, siervos, parados...) desde la autogestión libertaria y de un "instinto popular" y espontáneo que fue el motor de cambio, por encima de minorías conscientes, alcanzando un calado muy profundo: colectivizaciones de tierras y fábricas, eliminación del dinero, subversión de los valores católicos, democracia directa...
Además, a pesar de la situación de guerra y violencia, la revolución social contuvo el golpe de estado, mantuvo en funcionamiento fábricas, tierras (en muchos casos aumentando la eficacia) y servicios públicos (sanidad, transporte, abastecimientos, educación), creando una nueva cultura igualitaria.
En todo caso, va a ser "una minoría consciente" la que acabe con los procesos revolucionarios, en aras de un mayor éxito para llevar a cabo la guerra contra el ejército fascista... y para poder dirigir ese proceso revolucionario, atrayéndose con ello a las potencias democráticas europeas. Después... el franquismo con el terror, las torturas, las cárceles, los fusilamientos, la exclusión, la manipulación informativa y el adoctrinamiento ultracatólico y paternalista consiguió paralizar a todo ese pueblo de trabajadores conscientes, trayendo consigo la pasividad política, el "sálvese quien pueda", actitud que propició el encuentro de los trabajadores españoles (ya en el tardofranquismo) con el individualismo asocial, competitivo y consumista, de las democracias capitalistas occidentales en el que nos movemos en la actualidad.
Pero a pesar de los intentos de "borrón y cuenta nueva" durante la Transición (con todos los partidos políticos, sistema educativo y medios de comunicación trabajando en ello), la memoria social ha estado siempre presente y rebrota en cada acción solidaria, en cada lucha, en la autogestión, muchas veces de manera espontánea tras ver una película, leer un artículo en la prensa, asistir a un encuentro, contemplar la exhumación de fosa común, escuchar una canción, participar en una cacerolada, enviar un mensaje por teléfono móvil, manifestándose, autogestionándose.
La CNT fue en la revolución social española la estructura organizativa, avanzada y libertaria, que dio cauce a la capacidad emancipadora y creativa del pueblo. Desde su creación en 1910 y aun mucho antes en la sección española de la primera Internacional, la anarcosindical se reveló como el medio ideal para la defensa de los intereses de los trabajadores, pero también como la organización donde se va forjando y difundiendo esa cultura libertaria que da sus frutos cuando se presenta la ocasión. 70 años después, en esta sociedad capitalista, global y tecnológica, en la que se perpetúan las desigualdades sociales y se fomenta la desintegración de la personalidad individual y colectiva en un marco económico alienante y competitivo, la CNT mantiene sus principios y sigue siendo esa herramienta de lucha valida y eficaz para los trabajadores.
Pero hay que rehacer en estos nuevos tiempos toda esa conciencia asociativa y creadora de los trabajadores, que años de represión franquista y de engaño "democrático" han destruido en gran parte. Este es el trabajo en el que los hombre y mujeres de la CNT estamos comprometidos hoy en día, en las luchas cotidianas, en los conflictos laborales, en la acción social y cultural, haciendo organización y difundiendo las ideas libertarias, y en este sentido, es fundamental la recuperación de la memoria histórica, hacer patente en el consciente colectivo actual los logros e ideas de la revolución social.
Recordemos pues la revolución y hagamos presentes sus anhelos