Las caricaturas de Mahoma: Una provocación para justificar la guerra contra Irán
Mariano Pujadas - La Haine
La "crisis de las caricaturas" está sirviendo para demonizar al mundo árabe y crear un terreno más apto para una nueva invasión imperialista. Justo en estos días, cuando Irán (cuarto exportador mundial de petróleo) afirma que no permite las inspecciones de la ONU, el conflicto da un salto cualitativo alrededor de la publicación de las "polémicas" viñetas. En medio del caos pre-fabricado, EEUU habla de guerra con mayor claridad: "todas las opciones, incluida la militar, están sobre la mesa". Parece un proceso natural pero no lo es.
La portada del pasado domingo en El País informaba que "miles de manifestantes que protestaban contra las caricaturas de Mahoma publicadas en un diario danés incendiaron ayer la embajada de Dinamarca en Damasco en medio de una tensión creciente. Las legaciones de Suecia, Chile y Noruega también ardieron". Así mismo, el resto de periódicos españoles hablan con saña de la "ira musulmana". Las imágenes televisivas muestran a los que protestan como bárbaros, fanáticos. La prensa europea no escatima en recursos a la hora de referirse a los incidentes que manifestantes musulmanes están protagonizando contra unas caricaturas que criminalizan el islam, a la vez que -en nombre de la libertad de expresión- justifican la negativa a pedir disculpas por parte de los responsables. Quieren calentar el ambiente, vaya que sí.
Extender la provocación en nombre de la libertad de expresión
El 30 de septiembre de 2005, el diario danés 'Jyllands Postem' publica las caricaturas de Mahoma en un alarde de "libertad de expresión". La comunidad musulmana en Europa y la diplomacia de algunos países árabes protestan por lo que consideraron una ofensa al islam. Pese a las denuncias, el 20 de enero de 2006 otro periódico noruego, el 'Magazinet', reproduce los dibujos "en solidaridad" con el diario danés. Se recrudecen las protestas del mundo árabe y los llamamientos al boicot de productos de Noruega y Dinamarca. No contentos con eso, el 1 de febrero un diario francés y otro alemán, 'France Soir' y 'Die Welt', publican nuevamente las caricaturas "en defensa de la libertad de prensa". Poco o nada se hace desde los gobiernos implicados ni desde la Unión Europea para frenar un conflicto (teóricamente innecesario) que se agrava a pasos de gigante.
El imperialismo ha utilizado a Dinamarca y Noruega, que son paises que supuestamente se distinguen por su respeto a otras creencias, para iniciar la crisis. Así, cuando los musulmanes han respondido, la sensación de que ellos son los malos es más firme, no los escandinavos que se supone que siempre respetan la libertad de expresión... El marco creado muestra a los árabes atacando a pequeños países sumamente democráticos.
El 3 de febrero, EEUU calificó la publicación de las caricaturas de Mahoma de "acto insultante e insensible", manteniendo una distancia prudente. Sin embargo dos días después, con el clima suficientemente caldeado, la Casa Blanca consideró responsable a Siria (aliada de Irán) de los incendios perpetrados contra las Embajadas de Dinamarca y Noruega en Damasco, y aseguró que "estos actos nunca ocurren sin la aprobación del Gobierno local".
La provocación tiene un sencillo ejemplo en el estado español. El diario El País, sumandose a la campaña internacional de difamación, publicó el pasado viernes en su portada una de las caricaturas, a sabiendas de la que estaba cayendo. El Ministerio de Comunicación de Marruecos prohibió la entrada y distribución de dicho ejemplar en su terrotorio, tildándola de "manifiesta y gratuita provocación a las creencias musulmanas". Curiosamente El País celebró la reacción con un ansiado titular que alimenta la indignación de los occidentales: "Marruecos veta un ejemplar de EL PAIS con la viñeta de Mahoma".
Construir una opinión pública favorable a la invasión imperialista contra el cuarto exportador mundial de petróleo
La población en el estado español no entiende muy bien lo que ocurre, lo que significa que la maniobra mediática imperialista va por buen camino. La mayoría social cree que es exagerado quemar una sede diplomática por unas simples caricaturas. Otros creen que los disturbios forman parte de la locura de los pueblos árabes, que sólo saben de matar a los "infieles", al mejor estilo Al qaeda. Otros creen que por encima de todo está, efectivamente, la libertad de expresión. Pero muy pocos echan la culpa a los gobiernos y sus aparatos mediáticos por echar gasolina al fuego intencionadamente.
Ahora Iran anuncia que da por terminada las inspecciones de sus sitios nucleares de la ONU y dice que va a reanudar el enriquecimiento de uranio, un día después de haber sido remitido al Consejo de Seguridad "por las sospechas de que está construyendo bombas atómicas". El imperialismo hace estas acusaciones baratas contra Irán para justificar un eventual saqueo de su petróleo por la vía militar. Tensa la cuerda para que determinados titulares de prensa, que ahora empiezan a aparecer explícitamente, nos suenen naturales: "EE.UU. analiza atacar Irán en caso de que no frene su programa nuclear" (Associated Press). La amenaza de invasión está sobre la mesa, en palabras del secretario de Defensa norteamericano Donald Rumsfeld.
El ataque a Afganistán en otoño del 2001 supuso para EEUU la puerta de entrada en Oriente Medio y la toma de posiciones geoestratégicas. Siguió con Irak y ahora amenaza, por este orden, a Irán y Siria. Además, la victoria electoral de Hamas en Palestina refuerza la "necesidad" (mediática) de poner orden en la región de la mano de Israel. Sin embargo, la dura batalla que está presentando la resistencia irakí ha obligado a EEUU a buscar una mayor implicación de Europa, que no por casualidad es ahora el eje central de denuncia en la "crisis de las caricaturas".
A través del supuesto escándalo que produce que el mundo árabe esté en contra de "nuestra libertad de expresión", Europa pretende preparar el consenso social necesario para implicar a sus ejércitos en una nueva campaña militar. Pero a diferencia de lo ocurrido en la guerra contra Irak (manifestaciones antiguerra de millones de personas a lo largo y ancho del planeta, fracturas internas en varios países e incluso presidentes que perdieron las elecciones..), esta vez van a esforzarse un poco más por buscar el apoyo de las sociedades occidentales y que el costo político sea menor.
El razonamiento impuesto para moldear la conciencia de la población asoma con habitual cinismo:
Están en contra de la libertad de expresión, queman nuestras embajadas y encima fabrican bombas nucleares. Está claro que son nuestros enemigos. ¡Invadámosles cuanto antes!
La portada del pasado domingo en El País informaba que "miles de manifestantes que protestaban contra las caricaturas de Mahoma publicadas en un diario danés incendiaron ayer la embajada de Dinamarca en Damasco en medio de una tensión creciente. Las legaciones de Suecia, Chile y Noruega también ardieron". Así mismo, el resto de periódicos españoles hablan con saña de la "ira musulmana". Las imágenes televisivas muestran a los que protestan como bárbaros, fanáticos. La prensa europea no escatima en recursos a la hora de referirse a los incidentes que manifestantes musulmanes están protagonizando contra unas caricaturas que criminalizan el islam, a la vez que -en nombre de la libertad de expresión- justifican la negativa a pedir disculpas por parte de los responsables. Quieren calentar el ambiente, vaya que sí.
Extender la provocación en nombre de la libertad de expresión
El 30 de septiembre de 2005, el diario danés 'Jyllands Postem' publica las caricaturas de Mahoma en un alarde de "libertad de expresión". La comunidad musulmana en Europa y la diplomacia de algunos países árabes protestan por lo que consideraron una ofensa al islam. Pese a las denuncias, el 20 de enero de 2006 otro periódico noruego, el 'Magazinet', reproduce los dibujos "en solidaridad" con el diario danés. Se recrudecen las protestas del mundo árabe y los llamamientos al boicot de productos de Noruega y Dinamarca. No contentos con eso, el 1 de febrero un diario francés y otro alemán, 'France Soir' y 'Die Welt', publican nuevamente las caricaturas "en defensa de la libertad de prensa". Poco o nada se hace desde los gobiernos implicados ni desde la Unión Europea para frenar un conflicto (teóricamente innecesario) que se agrava a pasos de gigante.
El imperialismo ha utilizado a Dinamarca y Noruega, que son paises que supuestamente se distinguen por su respeto a otras creencias, para iniciar la crisis. Así, cuando los musulmanes han respondido, la sensación de que ellos son los malos es más firme, no los escandinavos que se supone que siempre respetan la libertad de expresión... El marco creado muestra a los árabes atacando a pequeños países sumamente democráticos.
El 3 de febrero, EEUU calificó la publicación de las caricaturas de Mahoma de "acto insultante e insensible", manteniendo una distancia prudente. Sin embargo dos días después, con el clima suficientemente caldeado, la Casa Blanca consideró responsable a Siria (aliada de Irán) de los incendios perpetrados contra las Embajadas de Dinamarca y Noruega en Damasco, y aseguró que "estos actos nunca ocurren sin la aprobación del Gobierno local".
La provocación tiene un sencillo ejemplo en el estado español. El diario El País, sumandose a la campaña internacional de difamación, publicó el pasado viernes en su portada una de las caricaturas, a sabiendas de la que estaba cayendo. El Ministerio de Comunicación de Marruecos prohibió la entrada y distribución de dicho ejemplar en su terrotorio, tildándola de "manifiesta y gratuita provocación a las creencias musulmanas". Curiosamente El País celebró la reacción con un ansiado titular que alimenta la indignación de los occidentales: "Marruecos veta un ejemplar de EL PAIS con la viñeta de Mahoma".
Construir una opinión pública favorable a la invasión imperialista contra el cuarto exportador mundial de petróleo
La población en el estado español no entiende muy bien lo que ocurre, lo que significa que la maniobra mediática imperialista va por buen camino. La mayoría social cree que es exagerado quemar una sede diplomática por unas simples caricaturas. Otros creen que los disturbios forman parte de la locura de los pueblos árabes, que sólo saben de matar a los "infieles", al mejor estilo Al qaeda. Otros creen que por encima de todo está, efectivamente, la libertad de expresión. Pero muy pocos echan la culpa a los gobiernos y sus aparatos mediáticos por echar gasolina al fuego intencionadamente.
Ahora Iran anuncia que da por terminada las inspecciones de sus sitios nucleares de la ONU y dice que va a reanudar el enriquecimiento de uranio, un día después de haber sido remitido al Consejo de Seguridad "por las sospechas de que está construyendo bombas atómicas". El imperialismo hace estas acusaciones baratas contra Irán para justificar un eventual saqueo de su petróleo por la vía militar. Tensa la cuerda para que determinados titulares de prensa, que ahora empiezan a aparecer explícitamente, nos suenen naturales: "EE.UU. analiza atacar Irán en caso de que no frene su programa nuclear" (Associated Press). La amenaza de invasión está sobre la mesa, en palabras del secretario de Defensa norteamericano Donald Rumsfeld.
El ataque a Afganistán en otoño del 2001 supuso para EEUU la puerta de entrada en Oriente Medio y la toma de posiciones geoestratégicas. Siguió con Irak y ahora amenaza, por este orden, a Irán y Siria. Además, la victoria electoral de Hamas en Palestina refuerza la "necesidad" (mediática) de poner orden en la región de la mano de Israel. Sin embargo, la dura batalla que está presentando la resistencia irakí ha obligado a EEUU a buscar una mayor implicación de Europa, que no por casualidad es ahora el eje central de denuncia en la "crisis de las caricaturas".
A través del supuesto escándalo que produce que el mundo árabe esté en contra de "nuestra libertad de expresión", Europa pretende preparar el consenso social necesario para implicar a sus ejércitos en una nueva campaña militar. Pero a diferencia de lo ocurrido en la guerra contra Irak (manifestaciones antiguerra de millones de personas a lo largo y ancho del planeta, fracturas internas en varios países e incluso presidentes que perdieron las elecciones..), esta vez van a esforzarse un poco más por buscar el apoyo de las sociedades occidentales y que el costo político sea menor.
El razonamiento impuesto para moldear la conciencia de la población asoma con habitual cinismo:
Están en contra de la libertad de expresión, queman nuestras embajadas y encima fabrican bombas nucleares. Está claro que son nuestros enemigos. ¡Invadámosles cuanto antes!
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