CHILE: Las protestas estudiantiles de otoño.
Me gustan los estudiantes
porque levantan el pecho
cuando le dicen harina
sabiéndose que es afrecho,
y no hacen el sordomudo
cuando se presenta el hecho.
Caramba y zamba la cosa
¡ el código del derecho !
Violeta Parra
Amigas, amigos,
La presidenta chilena Michelle Bachelet, saludada por gobernantes y empresarios europeos como representante de la izquierda “seria y responsable” de América Latina, tardó más de una semana en advertir que las movilizaciones estudiantiles tenían razones profundas y raíces extensas. Que eran un movimiento espontáneo, autónomo, y con justas reivindicaciones. Para llegar a esa conclusión pasó primero por minimizar la protesta y luego por consentir que el ministro democristiano Martín Zilic apelara a los carabineros, propiciando una represión en las calles de las principales ciudades chilenas con similares rigores a los de la época dictatorial.( Incluyendo una paliza a un conocido fotógrafo que tomaba escenas de la violencia de los uniformados). Finalmente, tarde y mal, anunció que enviará al Congreso un proyecto de reforma constitucional que propone cambios en la Ley Orgánica de la Enseñanza, una de las principales reivindicaciones de los jóvenes estudiantes. Estos chicos, crecieron en la democracia recuperada y no comprenden como a 16 años de la dictadura, todavía la educación está regida por las normas privatizadoras pinochetistas. Con su discurso tranquilizador y sus anuncios, Bachelet pretende cerrar el conflicto. Es cierto que el movimiento estudiantil que llegó a movilizar casi un millón de jóvenes en todo el país, tiene ya previsibles síntomas de cansancio. Pero la presidenta chilena se equivoca si cree que esto ha sido una “tormenta pasajera”. Estos jóvenes no comprenderán ni aceptarán que el anciano déspota, asesino y ladrón siga rigiendo los mecanismos de la educación chilena. La razón de las coplas de Violeta está más viva que el decrépito general en su residencia. Creemos que la movilización de los jóvenes chilenos es un acontecimiento importante y trascendente. Han recordado que el "hasta aquí se puede" es una frase, no una sentencia inamovible. Y que muchas veces encubre conveniencias, temores, componendas. Por eso nos pareció interesante compartir este artículo de Manuel Acuña Asenjo. La lectura de su análisis sobre la revuelta juvenilchilena nos proporciona elementos que exceden las fronteras del país trasandino. Algunos de ellos, son fácilmente aplicables a situaciones que se producen en Argentina, Uruguay o Brasil, por ejemplo. Son muchos los activistas sociales, de barrio, sindicales, campesinos, que diariamente cuestionan las formas, los modos y los rumbos. Hay que tratar entre todos que esos sentimientos se expresen, se conviertan en argumentos y se hagan oír.
Un cordial saludo,
Carlos
SERPAL, Servicio de Prensa Alternativa.
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