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"SI CADA REFUGIADO ESPAÑOL NARRASE SIMPLEMENTE LO QUE HA VIVIDO, SE LEVANTARÍA EL MÁS EXTRAORDINARIO Y CONMOVEDOR DE LOS MONUMENTOS HUMANOS" FEDERICA MONTSENY, 1978

24 agosto, 2006

CENIT 988 de 22 de agosto: Del Harlem a Manhattan, La poesía nueva de Dolores de la Cámara


por T. PEREIRA

Después de publicar más de 30 libros de poesías, y una cantidad de poemas en antologías, revistas internacionales y de merecer muchos honores y premios, aparecen dos nuevos títulos de autoría de Dolores de la Cámara : Mujer - Luces en las sombras y De mis momentos andariegos, el primer publicado en Barcelona y el último en Málaga. Hablamos del segundo.
En nota "A modo de prólogo", la autora explica que en el libro De mis momentos andariegos, ella no escribe una crónica de viajes, sino registra los mágicos momentos en que su pensamiento poético logra captar de las escenas vertiginosas de sus viajes por el paisaje que ve. Aunque la autora presente el primer poema de libro como una excepción, porque tiene personaje en lugar de paisaje, "un muchacho de pelo rebelde y ojos claros", a mí me parece esencial poner atención en este poema, por lo que presenta de la magia y del escenario de un viaje en tren. El muchacho está allí, en el lugar de paisaje, como todo el momento poético que la poeta no podrá olvidar jamás :

Por un momento
se hizo el silencio
ni ruedas, ni rieles.
Tú seguías allí,
muchacho pasajero
del metro en Diagonal.
(p. 7)

Los demás poemas del libro, hermosos todos, están realmente dedicados a los lugares, como Albaicín, Alhambra, Ordesa, Harlem, Nueva York, Manhattan, del cual dice con encantamiento:

Manhattan, culminación del refinamiento,
hipérbole del buen gusto,
cuna del lujo y del poder,
del poder que da el dinero.
Hermosa Manhattan,
bella de día,
cautivadora de noche.
(p. 23)


Y el poema de la poeta española que considera "monstruosa" la Nueva York y que su "gran pecado es Manhattan" me hace recordar el poema del poeta brasileño, que ha tenido de Manhattan, una reacción totalmente distinta, es decir, más violenta, subversiva y derrotada. Dice Carlos Drummond de Andrade :

Corazón orgulloso, tienes apuro de confesar tu derrota
y posponer para otro siglo la felicidad colectiva.
Aceptas la lluvia, la guerra, el desempleo y la injusta distribución
porque no puedes, solo, dinamitar la isla de Manhattan.
Carlos Drummond de Andrade


¿Sería el venerado poeta brasileño un terrorista lírico? Por su suerte se fue del mundo antes del ataque a Nueva York por terroristas en 2001. Pero, no solamente el poeta brasileño y la poeta española hacen previsiones contra la mera existencia de Nueva York. Hay miles de poetas visionarios en el mundo que condenan el lujo y el absurdo poder de Nueva York, considerada la capital del mundo.
Pues, haciendo menos apología de la violencia y presentando más humanismo en sus versos, Dolores de la Cámara ofrece la contraposición de Manhattan, en sus versos dedicados al Harlem americano :

Harlem
tú que oyes
tantas madrugadas
esos cantos y bailes del piel morena
con reminiscencias ancestrales
y lloras en los inviernos
ante la imposibilidad de brindar
un trozo de Africa libre
a tantas miradas oscuras y resignadas,
tú, Harlem, esperas,
tal vez eternamente esperes
aquello de "todos somos hermanos".
(p. 25)

La tristeza de los recuerdos, de las poéticas descripciones nos queda hiriendo la sensibilidad de poeta a poeta. Los ojos que miran, los ojos de una poeta, nos transmiten el sufrimiento de la injusticia, de la suciedad, y la miseria de cada ciudad. En todas partes se ve, lo que la poeta Dolores de la Cámara registró en un barrio de Amsterdam :

El aire suspiraba lujurioso,
aturdido, borracho, nauseabundo.
(p. 8)


Esos momentos andariegos de Dolores de la Cámara son exactamente como el muchacho que ella describe en el primer poema, imaginado "en un mundo de efebos, navegando sobre una nube blanca, manos abiertas, sonrisa ancha, relagando estrellas". De mis momentos andariegos es un gran pequeño libro. Pequeño en páginas y grande en contenido, en lo que cuenta de la miseria humana de una manera humanitaria y comprensiva. Se miran los caminos con los ojos críticos, al mismo tiempo que humanistas y poéticos.


De la Cámara, Dolores : De mis momentos andariegos. Almud Literario, Corona del Sur. Málaga, 2006.