Rincón poético

Cuencas mineras

Está fuera de las rutas

en medio de ningún lado,

tierras que no quiere nadie,

y se están abandonando.

Es el Aragón más seco,

el que se quedó olvidado

por culpa de los desprecios

es el Aragón más alto

que perdió todos los trenes

que traían el progreso,

el Aragón frío y yermo,

donde solo quedan viejos,

y las casas destruidas

y los caminos desiertos.

Aquí la Escuela del pueblo

ya se ha quedado en silencio,

se marcharon hace tiempo

los niños y los maestros.

Se disolvió en el recuerdo

como se olvidan los sueños:

el fuego de los hogares,

el humo que sube al cielo.

Las campanas de la mina

que no llaman a la Libertad,

ni asustan en primavera

a los pájaros nuevos.

Ni siquiera las cigüeñas

regresan a su nido

para anunciar a la gente

que ya se acabó el invierno.

Si algo me duele en el alma

viendo estos pueblos tan muertos

es que no volverán nunca

a ser lo que un día fueron:

sentimientos, lucha, amor, miedos,

carbón, calor, vida y fuego.

Las cuencas están vacías

sin minas y sin mineros...

Francisco Rosada Conella

de CeNiT nº 966