México, ACL : las elecciones son cuestión de los patrones
¡Más de 13 mil millones de pesos para mantener la desigualdad social!
La clase trabajadora debe de reunirse, de organizarse, de discutir y debatir sobre sus problemas mas concretos e inmediatos, así como de las cuestiones sociales de importancia que la involucran como clase, y además, debe de tomar acciones con respecto a lo debatido, en pocas palabras, los trabajadores deben de hacer política. Sin embargo, hay que dejar algo muy claro: Hay de política a política. La cuestión política va fuertemente ligada a la cuestión económica, de hecho, todo programa o proyecto político está determinado por la organización económica de la sociedad. La política que estamos acostumbrados a ver día a día, es la política de los parásitos políticos profesionales, que compiten por medio de partidos para tomar el poder político por un periodo determinado de tiempo. Pero lo verdaderamente importante de todo esto, es que toda esa política> es llevada a cabo en medio de ciertas condiciones económicas que rigen a toda la sociedad. Toda esta política de procesos electorales y partidos políticos se desarrolla sobre la base de la explotación económica de una clase sobre otra y mientras la sociedad se encuentre organizada de tal manera, en la que unos poseen exceso de riquezas y la gran mayoría solo cuente con el trabajo de sus brazos para poder, a duras penas, ganarse la vida, podremos asegurar que ni la supuesta mejor propuesta política,> acabará con los problemas reales de la clase proletaria. Veamos todo esto analizando las elecciones presidenciales en México el siguiente año. La relación estrecha entre la explotación capitalista y el sistemaelectoral. Desde hace ya algunos meses, en México han comenzado a operar fuertemente las campañas electorales, los precandidatos de los diferentes partidos han gastado ya millones de pesos en propaganda en medios de comunicación, y lo que han gastado hasta el día de hoy, es sólo un porcentaje mínimo, comparado con lo que gastarán durante el año siguiente. Podemos afirmar, seguros de que no hay ningún riesgo de equivocarnos, que para nuestros fines, como lo son el triunfo de la clase trabajadora y la de toda la humanidad oprimida junto con ella, ni un solo peso de esas exuberantes cantidades que se gastan, servirá para conquistar dichos fines. Gane quien gane en las próximas elecciones, algo está asegurado de antemano: La explotación y la desigualdad quedarán en pie. ¿Pero entonces, por que es que el Estado y la burguesía (a través de todas sus organizaciones patronales) invierten tantos recursos en el mantenimiento y el perfeccionamiento del sistema electoral, si realmente las elecciones no cambian absolutamente nada de fondo? Ah, es que precisamente es eso lo que a los señores burgueses les interesa, que no cambie absolutamente nada, por eso es que invierten miles de millones de pesos en fomentar la "lucha" electoral, porque mientras las cosas sigan establecidas como hasta hoy, tendrán garantizado el derecho de explotar el trabajo obrero, del cual generan sus altísimos márgenes de ganancia, o para expresarlo de una manera mas sencilla, sus riquezas. Lo mas absurdo de toda ésta historia, es que todo el circo electoral, enfocado a engañar a la clase trabajadora, es mantenido con los impuestos> que pagan los propios trabajadores al Estado. Quizás haya alguien que nos diga qué éste argumento no es totalmente valido, ya que también la clase de los privilegiados y explotadores paga impuestos. Es cierto, ambos, los patrones que viven gracias a su propiedad, y los proletarios que viven gracias al propio trabajo de sus brazos, pagan los impuestos correspondientes, la gran diferencia está en que mientras la clase dominante de los patrones contribuye a mantener su propio sistema "democrático", el proletariado, la clase de los trabajadores de las> ciudades y de los campos, paga con sus impuestos un sistema que está completamente en contra de él. El sistema de "democracia representativa", que se ejerce a través del sufragio electoral, es el sistema por excelencia de la clase dominante empresarial, puesto que con este sistema, encubren la verdadera dictadura de su clase parasitaria sobre la clase de los trabajadores. La explotación económica, basada en la propiedad privada de los medios de producción, acompañada de una forma política parlamentaria, con la competencia entre partidos políticos en elecciones, es la combinación perfecta para los patrones, ya que la dominación queda perfectamente encubierta; se les dice a los explotados, a través de una campaña ideológica en los medios de masivos de comunicación (en manos también de burgueses) que cuentan con la perfecta "libertad" de elegir a sus "representantes". Como vemos, la clase dominante cuenta con muy buenas razones (para sus intereses de lucro, obviamente) para bendecir la farsa electoral. El gran revolucionario internacionalista Miguel Bakunin, decía que los gobiernos surgidos del sistema parlamentario electoral eran demasiado peligrosos, en tanto que se nos presentan como la mas pura expresión de la "voluntad popular". También, con respecto al sufragio universal, el compañero Bakunin decía: "Lo que afirmamos es que el sufragio universal, considerado en sí mismo, y obrando en una sociedad sobre la desigualdad económica y social, no será nunca para el pueblo más que una trampa; que de parte de los demócratas burgueses no será nada más que una odiosa mentira, el instrumento más seguro para consolidar, bajo una apariencia de liberalismo y de justicia, en detrimento de los intereses y la libertad> populares, la eterna dominación de las clases explotadoras y posesoras". Dentro del panorama político burgués en México, existen ciertos partidos políticos que se autoproclaman como los representantes de la clase trabajadora y de las masas pobres del campo y la ciudad. Estamos hablando del PRD y del PT; pero muy lejos de representar al campo de los oprimidos, estas agrupaciones son perfectamente funcionales al capital, compuestas por elementos completamente comprometidos con el funcionamiento del sistema capitalista. Andrés Manuel López Obrador, quien sin duda es el favorito para vencer en las elecciones presidenciales, ha logrado ganarse la simpatía de sectores de la clase trabajadora, a lo que nosotros declaramos que es un gran error de la clase ir detrás de un político abiertamente patronal, que en cada oportunidad que tiene, deja perfectamente en claro su buena relación con empresarios, entre ellos el más rico de Latinoamérica, Carlos Slim. Hay dos grandes razones para afirmar que los partidos mencionados no representan opción alguna para la clase trabajadora y los oprimidos. La primera es que su programa político es completamente compatible con la existencia del capitalismo, pues no plantea la destrucción de la base de la explotación y de todas las desigualdades: la propiedad privada. La segunda razón, es que la liberación total de los trabajadores, no es una> cuestión de partidos políticos, sino de su propia acción revolucionaria como clase social con el poder necesario para eliminar la explotación y la dominación del hombre por el hombre del mundo entero; explotación y dominación que defiende y sostiene el Estado. ¿Política burguesa ó Política Revolucionaria de los explotados? ¿Qué camino seguir? Pero ahora preguntémonos, ¿De todo lo anterior debemos de deducir que, como las elecciones burguesas son una trampa para los trabajadores, la clase proletaria debe de alejarse de la política, debe darle la espalda? No, absolutamente no. Como dijimos claramente en el primer párrafo de éste documento: Hay de política a política. Lo que nosotros afirmamos, es que la clase trabajadora debe de alejarse por completo de la política electoral burguesa, que la desvía del camino de su verdadera y plena liberación. Como decimos más arriba, ni las elecciones mas libres y democráticas del mundo, pueden acabar con la inmensa pobreza que existe en la sociedad, por la sencilla razón que se hacen en medio de la mas graves condiciones de explotación y desigualdad económica. El camino a seguir de la clase obrera, campesinos pobres, y en general de todas las masas excluidas del campo y la ciudad, es auto-organizarse, de manera completamente independiente de sus explotadores y opresores, no entrar en su juego, ni jugar con sus reglas, porque ese juego y esas reglas no son mas que un montón de trampas. En otras palabras, los trabajadores pueden y deben hacer política, pero una política revolucionaria, no para conquistar los puestos del gobierno, sino para transformar radicalmente el sistema económico, por un sistema nuevo, que le brinde a cada quien la oportunidad de desarrollarse en todos los ámbitos de la vida y le garantice el bienestar. Esa política verdaderamente revolucionaria, de los trabajadores empleando la solidaridad de clase, es la que necesitamos, porque es la única política que puede generar un cambio real, para acabar con la pobreza y> con las clases sociales. Como perfectamente lo dijera Bakunin: "¿Quién puede dudar que de esta organización cada vez más amplia de la solidaridad militante del proletariado contra la explotación burguesa debe surgir y surgirá efectivamente la lucha política del proletariado contra la burguesía?"
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