Lo que se nos quiere imponer a los trabajadores

Según leemos en la prensa, "Le Canard Enchaîné" del 22/02 con un título que llama la atención y que traducimos del francés "Ciertos patrones no tienen empacho de sabotear las reformas de Villepin", un patrón, y no de los pequeños, el PDG del grupo VEOLIA dice : "De necesidad de anudar con los jóvenes un empeño durable, revalorizando notamente el contrato a duración indeterminado como forma normal de admisión." Recomendación que se contrapone de la pretendida ley del gobierno actual francés con los por P. PERALTA
contratos de nuevo empleo (CNE) y el que sigue, contrato primer empleo (CPE), especial en sus premicias para los jóvenes menores de 26 años de edad en pequeñas empresas, más puerta abierta para generalizarse en un nuevo código del trabajo para todo trabajador o empleado. Si patrones expresan un alto ahí, sobre todo por las manifestaciones callejeras de los jóvenes, las nuevas generaciones, protestando ante tal injusticia que quieren imponer las altas autoridades del país y destruir lo que tantos sacrificios y sangre ha costado para fuera integrada en el código del trabajo, el alto a una sumisión a las preferencias y gustos de la patronal.
Y no solo se atenta contra los derechos de los trabajadores que rezan en el código del trabajo del país, que ni cuenta se tiene de lo que reza en el artículo 24 de la Carta Social Europea, que dice: "El derecho de los trabajadores para no ser licenciados sin motivos valables, ligados a su aptitud o conducta, o fundado sobre las necesidades de funcionamiento de la empresa." ¿A qué viene, pues, un ensayo durante dos años en el nuevo contrato que se quiere imponer para sea aceptado como contratado en duración indeterminado? Y no solo ello que en la referida carta el artículo 30 nos dice: "Todo trabajador tiene el derecho a una protección sobre todo despido injustificado."
Y nos preguntamos cómo es posible, que un país incluido en la UE intente burlarse de unas cartas que el mismo ha firmado, con el pretexto de luchar contra el paro forzoso, y en particular la de los jóvenes en su primer empleo —el segundo vendrá después, no cabe la menor duda—, para su seguridad de empleo… Esos jóvenes que manifiestan con sus protestas no aceptando ya en premicias una sumisión elevada al cubo a la patronal, saben lo que sus antecesores han luchado para conseguir lo que se quiere arrebatar alegando una seguridad. ¿Seguridad? Si se ha permitido por encima de textos protectores para los trabajadores, que quien estas líneas escribe en periodos de la decada de los cincuenta y principios de los sesenta del pasado siglo, cuando era necesaria una emigración abundante para cubrir puestos de trabajo, en empresas camioneras UNIC y automovil CITROEN, a mi hermano y a mi el hecho de nuestra documentación civil de refugiados políticos españoles, excelentes por todo Francia menos para su empresa.
Si un nuevo contrato del trabajo entra en vigor, como lo que se quiere imponer, para lograr un empleo la sumisión completa a los deseos de la patronal será una obligación, que lo es hoy, pero de una manera consentida así, por las buenas. En la Unión Europea con su directiva Bolkestein se quiere lograr cosa parecida por la venia de la burocracia de la misma, que se diga lo que se quiera, pero a los órdenes de las grandes finanzas del neoliberalismo que nos han impuesto.
Ni que decir tiene, que el contrapoder de la calle y de los sindicatos que lo asuman, puede dar al traste con todo ello, y es por ahí el artículo del "Canard Enchaîné", los movimientos sociales son hoy más que nunca una necesidad. No nos cansaremos en repitir dirigido a todos los trabajadores y empleados, que la propaganda farsante de los que viven opiperamente de las riquezas producidas por aquellos, que hace más de un siglo que nuestros abuelos los internacionalistas dieron la marcha a seguir con aquella frase de mucha actualidad, mientras exista la explotación del hombre por el hombre de: "No dejes que nadie decida por tí", todos las entes privilegiadas, sus adeptos y perros de guardia no cesan de repetir, son ella y otras retrógradas. Y fuerzan todo su empeño para que políticos de profesión y otras hierbas convezcan a todo productor o empleado acepten sin pronunciarla la sumisión, puesto que el mundo se construyó así y no de otra manera. ¡Y así nos luce el pelo!

por Pedro Peralta

de CeNiT 978 de 7 de marzo