CENIT 995: La Meritocracia
por P. PERALTA
Palabra que la leí en alguna parte y que me impresionó, vocablo que define y culpabiliza el estado caótico que en el presente vive hoy la sociedad legalizada donde establece la llamada sociedad de clases y de la explotación del hombre por el hombre.
En otros artículos y publicados en CeNiT ya evoqué lo que nuestros gobernantes y sus acólitas no cesaban y continuan con lo mismo y sobre todo para algunos de los hoy candidatos para la presidencia de la República de este país, elecciones que van a celebrarse la próxima primavera, evocando la prioridad al mérito para todo asalariado y pagarles en consecuencia y para no ser confundidos añaden que para ganar más hay que trabajar más. Mérito y stajanovismo y taylorismo para los trabajadores a veces se confunden. Y quienes lo dicen y repiten, los que jamás han dado un picotazo como decía mi abuelo.
Otra palabra que completamente al mérito y comprendida puesto creo escrita en inglés que desconozco me ha instado a estas líneas para los lectores del CeNiT, los BABY-LOSERS, que define ser los hijos de los "baby-bommer" estos nacidos en los años después de la segunda guerra mundial. Todo ello leído en un artículo del TELERAMA 21-28/10, cuyo título "Hacia la guerra de generaciones" y que subtitula "Para los hijos de los "baby-bommers" el ascensor social no deja de descender. Y la colera sube contra sus padres".
Refiere, como dicho, a los padres de nuestros jóvenes de hoy, nacidos después del 1945 donde si bien de alguna manera han disfrutado de las luchas de sus predecesores en su vida social, han sido silenciadas exprofeso y cuyas consecuencias las están viviendo con más o menos precariedad la juventud actual y en particular de las ayudas necesarias para costear sus vidas.
En efecto, leemos que en el año 1975 los trenteneros ganaban en término medio el 15% de menos que los cincuanteneros; hoy se cifra en el 40% menos. Para quienes el ascensor para la élite, diríamos también para los reconocidos por su mérito aunque en menos cantidad, con lo ya reconocido de los "hijos o hijas de…", el asalariado privado dueño del ascensor y como nos dice el artículista: "bienvenido dentro la edad a-meritocracia, refiriéndose a estadísticas publicadas que cuando EE. UU. emplean 20.000 dólares por estudiante, Suecia con 15.000 dólares, Francia se contenta con 9.000. Y en cuanto al alojamiento con más serias dificultades. Dificilmente pues el estudiante de familia con dificultades financieras puede acceder a los grandes estudios, todo para las entes privilegiadas.
Nada ha cambiado en el día de hoy desde la era de la aristocracia. El poder de la ciencia, es decir sus inventos que debían servir para el bienestar de toda la humanidad, es la clase llamada y que de una manera y otra ostenta el poder sobre los demás que aprovecha, ¿por qué?, sencillamente porque el contra-poder en general está ausente.
En 1936 en Francia y a consecuencia de una huelga general consigue ventajas, las 40 horas de trabajo semanal, vacaciones, reconocimiento sindical, etc. A partir de ahí, los beneficios son generales para las clases trabajadoras, sobre los sacrificios ya no tanto. Viene la guerra, el gobierno de Vichy suspende mucho de lo logrado con sacrificios de sangre. El régimen y sobre todo la invasión nazi-fascista es combatida a muerte por una resistencia popular y los aliados. Los explotadores siempre al lado de quienes le favorecen políticamente hablando, el resto son ellos amos y señores. Viene la liberación, la resistencia popular con las armas en la mano asustan a los amos del poder los que fueron siempre reticentes para acceder a los derechos intrinsecos de los trabajadores. En ese momento algunos de ellos son legalizados: Seguridad Social, derecho a la jubilación, derecho a la instrucción en liceos y universidades…
Desgraciadamente lo que nuestros primeros internacionalistas del XIX siglo proclamaron como máxima esencial para los trabajadores: "No dejes que nadie decida por tí" fue olvidado y posiblemente para muchos desconocido (así va la cultura). Para los políticos y mismo los llamados de izquierda así que los líderes sindicales de los sindicatos de índice reformista (los revolucionarios para todas esas gentes era sinónimo de terrorismo), ellos, todos ellos estaban para determinar y la masa a obedecer. Resultado, ellos son quienes representan al pueblo y así nos luce el pelo.
La palabra República está en todas las voces sobre todo políticamente hablando. En los muros de cualquier argumento eran las palabras Libertad, Igualdad y Fraternidad, posible que nuestros predecesores con todo ánimo de bienestar y progreso social, olvidaron la palabra que une a las tres anteriores, la Solidaridad. Ella es desconocida por demasiado fuerte y nada ambigua, se es o no solidario. Para las gentes que viven opiperamente con los esfuerzos de los productores de las riquezas, todos ellos trabajadores viviendo cada año que pasa peor para vergüenza de los países llamados civilizados y democráticos, se atreven sin vergüenza alguna a decir y en alta voz y con cinco millones al paro forzoso asistidos y no asistidos, si quieres ganar más es decir para las necesidades más intrinsecas de su vida y familia, hay que trabajar más, cuando la revolución robótica de la década de los setenta del pasado siglo XX, para una misma producción se podía hacer con el 50% y más de la mano de obra en menos. O todo el saber del trabajador a beneficio del patrón a ello se le ha llamado el mérito.
El mérito de las clases privilegiadas consiste en vivir en la abundancia mientras hayan esclavos que les llenen sus arcas. Se nos dice que en París existen hoteles con alojamiento para una noche su precio 5.000 euros, cinco meses de trabajo para un smicard. O también los directores de las empresas que cotizan en la Bolsa los cac 40 con un salario de doscientos mil Euros al mes sin contar primas y stocks-opción.
Nos dice el articulista y de todas maneras es nuestro optimismo, que parece que la nueva generación la juventud actual empieza a moverse. Que así sea pero no con los errores de este pasado reciente.
Palabra que la leí en alguna parte y que me impresionó, vocablo que define y culpabiliza el estado caótico que en el presente vive hoy la sociedad legalizada donde establece la llamada sociedad de clases y de la explotación del hombre por el hombre.
En otros artículos y publicados en CeNiT ya evoqué lo que nuestros gobernantes y sus acólitas no cesaban y continuan con lo mismo y sobre todo para algunos de los hoy candidatos para la presidencia de la República de este país, elecciones que van a celebrarse la próxima primavera, evocando la prioridad al mérito para todo asalariado y pagarles en consecuencia y para no ser confundidos añaden que para ganar más hay que trabajar más. Mérito y stajanovismo y taylorismo para los trabajadores a veces se confunden. Y quienes lo dicen y repiten, los que jamás han dado un picotazo como decía mi abuelo.
Otra palabra que completamente al mérito y comprendida puesto creo escrita en inglés que desconozco me ha instado a estas líneas para los lectores del CeNiT, los BABY-LOSERS, que define ser los hijos de los "baby-bommer" estos nacidos en los años después de la segunda guerra mundial. Todo ello leído en un artículo del TELERAMA 21-28/10, cuyo título "Hacia la guerra de generaciones" y que subtitula "Para los hijos de los "baby-bommers" el ascensor social no deja de descender. Y la colera sube contra sus padres".
Refiere, como dicho, a los padres de nuestros jóvenes de hoy, nacidos después del 1945 donde si bien de alguna manera han disfrutado de las luchas de sus predecesores en su vida social, han sido silenciadas exprofeso y cuyas consecuencias las están viviendo con más o menos precariedad la juventud actual y en particular de las ayudas necesarias para costear sus vidas.
En efecto, leemos que en el año 1975 los trenteneros ganaban en término medio el 15% de menos que los cincuanteneros; hoy se cifra en el 40% menos. Para quienes el ascensor para la élite, diríamos también para los reconocidos por su mérito aunque en menos cantidad, con lo ya reconocido de los "hijos o hijas de…", el asalariado privado dueño del ascensor y como nos dice el artículista: "bienvenido dentro la edad a-meritocracia, refiriéndose a estadísticas publicadas que cuando EE. UU. emplean 20.000 dólares por estudiante, Suecia con 15.000 dólares, Francia se contenta con 9.000. Y en cuanto al alojamiento con más serias dificultades. Dificilmente pues el estudiante de familia con dificultades financieras puede acceder a los grandes estudios, todo para las entes privilegiadas.
Nada ha cambiado en el día de hoy desde la era de la aristocracia. El poder de la ciencia, es decir sus inventos que debían servir para el bienestar de toda la humanidad, es la clase llamada y que de una manera y otra ostenta el poder sobre los demás que aprovecha, ¿por qué?, sencillamente porque el contra-poder en general está ausente.
En 1936 en Francia y a consecuencia de una huelga general consigue ventajas, las 40 horas de trabajo semanal, vacaciones, reconocimiento sindical, etc. A partir de ahí, los beneficios son generales para las clases trabajadoras, sobre los sacrificios ya no tanto. Viene la guerra, el gobierno de Vichy suspende mucho de lo logrado con sacrificios de sangre. El régimen y sobre todo la invasión nazi-fascista es combatida a muerte por una resistencia popular y los aliados. Los explotadores siempre al lado de quienes le favorecen políticamente hablando, el resto son ellos amos y señores. Viene la liberación, la resistencia popular con las armas en la mano asustan a los amos del poder los que fueron siempre reticentes para acceder a los derechos intrinsecos de los trabajadores. En ese momento algunos de ellos son legalizados: Seguridad Social, derecho a la jubilación, derecho a la instrucción en liceos y universidades…
Desgraciadamente lo que nuestros primeros internacionalistas del XIX siglo proclamaron como máxima esencial para los trabajadores: "No dejes que nadie decida por tí" fue olvidado y posiblemente para muchos desconocido (así va la cultura). Para los políticos y mismo los llamados de izquierda así que los líderes sindicales de los sindicatos de índice reformista (los revolucionarios para todas esas gentes era sinónimo de terrorismo), ellos, todos ellos estaban para determinar y la masa a obedecer. Resultado, ellos son quienes representan al pueblo y así nos luce el pelo.
La palabra República está en todas las voces sobre todo políticamente hablando. En los muros de cualquier argumento eran las palabras Libertad, Igualdad y Fraternidad, posible que nuestros predecesores con todo ánimo de bienestar y progreso social, olvidaron la palabra que une a las tres anteriores, la Solidaridad. Ella es desconocida por demasiado fuerte y nada ambigua, se es o no solidario. Para las gentes que viven opiperamente con los esfuerzos de los productores de las riquezas, todos ellos trabajadores viviendo cada año que pasa peor para vergüenza de los países llamados civilizados y democráticos, se atreven sin vergüenza alguna a decir y en alta voz y con cinco millones al paro forzoso asistidos y no asistidos, si quieres ganar más es decir para las necesidades más intrinsecas de su vida y familia, hay que trabajar más, cuando la revolución robótica de la década de los setenta del pasado siglo XX, para una misma producción se podía hacer con el 50% y más de la mano de obra en menos. O todo el saber del trabajador a beneficio del patrón a ello se le ha llamado el mérito.
El mérito de las clases privilegiadas consiste en vivir en la abundancia mientras hayan esclavos que les llenen sus arcas. Se nos dice que en París existen hoteles con alojamiento para una noche su precio 5.000 euros, cinco meses de trabajo para un smicard. O también los directores de las empresas que cotizan en la Bolsa los cac 40 con un salario de doscientos mil Euros al mes sin contar primas y stocks-opción.
Nos dice el articulista y de todas maneras es nuestro optimismo, que parece que la nueva generación la juventud actual empieza a moverse. Que así sea pero no con los errores de este pasado reciente.
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