CENIT 986: Inmigración y "video games"
por Teresinka PEREIRA
El gobierno tiene muchas cosas en común con los vido-traficantes, pero nada llega a ser tan cruel como el odio racista contra los inmigrantes.
Bien lo decía Mikhail Bakunin en su libro Dios y el Estado: "Un gobierno de sabios no sería otra cosa que un gobierno de brutos y necios." Así también podemos caracterizar la actual carrera individual, la avaricia buscando nuevas maneras de enriquecerse, tratando de convencer a los jóvenes de que los juegos de videos los van a hacer más listos e inteligentes.
Los jóvenes y también los adultos, que tienen mentalidad infantil, buscan siempre estar a par de las novedades electrónicas, y los que llegan a ser los primeros a comprar la última palabra en los juegos es el héroe de la semana. El juego en cuestión ahora es el que presenta caza y matanza de los inmigrantes, empezando por la frontera. Para ganar el juego hay que ametrallar los latinos que cruzan la frontera mexicana del sur de Estados Unidos: los que cruzan por el río, es decir, los que son llamados despectivamente de "mojados", los que cruzan el desierto, los que saltan las cercas y muros, los que pasan por tuneles de alcantarillado o de tierra, y principalmente las mujeres embarazadas, que llegan para dar a luz en Estados Unidos, para que sus hijos nazcan como ciudadanos americanos, y ellas puedan ser sus guardianes, viviendo en "la prosperidad del Norte".
Parece absurdo, pero esas cosas pasan en la realidad cada vez que el departemento de inmigración y los que trabajan en las comisiones contra la libertad del pueblo, proponen medidas más estrictas para obtener la visa, la tarjeta de trabajo temporal o permanente, y la ciudadanía estadounidense. Sin embargo el pueblo, siempre más ingenioso que el gobierno, descubre una nueva manera de sobrepasar la nueva medida. Las nuevas leyes anti-inmigratorias ya han llevado miles y miles de latinos a las calles para protestar, incluso hay amenazas de huelgas o de boicotear la industria y el comercio americano. Sólo en Los Angeles un millón de inmigrantes y los que les ofrecen su apoyo aparecieran gritando en coro "¡Sí, se puede!"; en Chicago fue medio millón; otra gran cantidad salió en Nueva York, en Carolina del norte, en Tennessee, Tucson, Santa Rosa, Omaha y San Francisco, en donde hubo también una huelga de hambre. Lo que todo ese pueblo protesta son las medidas pasadas en diciembre, en la Cámara de los Representativos, según las cuales los trabjadores, que no poseen documentos son considerados criminales ante las leyes federales.
A consecuencia de esto, desde que el gobierno declaró la guerra abierta a los inmigrantes, los mismos salen a protestar, mientras el desprestigiado departamento llamado despectivamente de "la migra" anda prendiendo a cuantos latinos encuentra trabajando.
Pero ya fue probado por la historia de inmigración, que la deportación de los latinoamericanos no va a contribuir en nada para que los americanos blancos, nacidos en USA, toman esos trabajos, que los inmigrantes son obligados a dejar. También es verdad el dicho de que los inmigrantes están haciendo los trabajos, que los americanos natos prefieren no hacer. Las publicaciones, que estos días están presentando sus puntos de vista con simpatía a la causa inmigratoria, como la "Z magaZine" nos incluyen como evidencia, el comentario de que en 1986, cuando se pasaron las prohibiciones de que se emplearan los indocumentados y los patrones los despidieron, enseguida se verificaron que las posiciones vacantes no se llenaban, por falta de quienes quisieran trabajar en estos trabajos de tan bajos salarios. (David Bacon: "The People Shout 'No'").
Es increíble que en un país, que fue fundado y progresó por el trabajo de los inmigrantes, ¡vayan a castigar a los que trabajan! El absurdo no se queda en eso, y se puede preguntar, si deportan a los trabajadores, ¿quiénes van a trabajar - un ejército de robots o de gente clonada?
La mentalidad americana es bien sencilla. Es bien fácil para el gobierno convencer a sus votantes de que el país anda con problemas con los hispanos, en vez de reconocer que el problema es la guerra y la globalización de las corporaciones. Ya Hitler lo había hecho en sus días. El golpe funciona, por lo tanto, es fácil para los productores de videos infames ganar su dinero promoviendo el odio económico-racial, al mismo tiempo que imitan al grupo de odio racista llamado "neo-nazista". Lo que pasa aquí en la casa de tío Sam no es apenas un fenómeno globalizante tampoco. Como dijo Eileen Foley, una periodista asociada al Toledo Blade, "El mundo es más complejo que cierto o errado, blanco o negro (o latino). Hay que saber poner razón para decretar nuevas leyes, no solamente las emociones (o el odio racial), aunque haya todavía cierto deseo de los americanos por una complexidad" en sus esperanzas.¿Sería demasiado esperar que los latinos, y por supuesto los anglosajones de conciencia humanitaria y los demás inmigrantes, que hacen la raza de este país, detengan su curiosidad y boicoteen los juegos de videos?
El gobierno tiene muchas cosas en común con los vido-traficantes, pero nada llega a ser tan cruel como el odio racista contra los inmigrantes.
Bien lo decía Mikhail Bakunin en su libro Dios y el Estado: "Un gobierno de sabios no sería otra cosa que un gobierno de brutos y necios." Así también podemos caracterizar la actual carrera individual, la avaricia buscando nuevas maneras de enriquecerse, tratando de convencer a los jóvenes de que los juegos de videos los van a hacer más listos e inteligentes.
Los jóvenes y también los adultos, que tienen mentalidad infantil, buscan siempre estar a par de las novedades electrónicas, y los que llegan a ser los primeros a comprar la última palabra en los juegos es el héroe de la semana. El juego en cuestión ahora es el que presenta caza y matanza de los inmigrantes, empezando por la frontera. Para ganar el juego hay que ametrallar los latinos que cruzan la frontera mexicana del sur de Estados Unidos: los que cruzan por el río, es decir, los que son llamados despectivamente de "mojados", los que cruzan el desierto, los que saltan las cercas y muros, los que pasan por tuneles de alcantarillado o de tierra, y principalmente las mujeres embarazadas, que llegan para dar a luz en Estados Unidos, para que sus hijos nazcan como ciudadanos americanos, y ellas puedan ser sus guardianes, viviendo en "la prosperidad del Norte".
Parece absurdo, pero esas cosas pasan en la realidad cada vez que el departemento de inmigración y los que trabajan en las comisiones contra la libertad del pueblo, proponen medidas más estrictas para obtener la visa, la tarjeta de trabajo temporal o permanente, y la ciudadanía estadounidense. Sin embargo el pueblo, siempre más ingenioso que el gobierno, descubre una nueva manera de sobrepasar la nueva medida. Las nuevas leyes anti-inmigratorias ya han llevado miles y miles de latinos a las calles para protestar, incluso hay amenazas de huelgas o de boicotear la industria y el comercio americano. Sólo en Los Angeles un millón de inmigrantes y los que les ofrecen su apoyo aparecieran gritando en coro "¡Sí, se puede!"; en Chicago fue medio millón; otra gran cantidad salió en Nueva York, en Carolina del norte, en Tennessee, Tucson, Santa Rosa, Omaha y San Francisco, en donde hubo también una huelga de hambre. Lo que todo ese pueblo protesta son las medidas pasadas en diciembre, en la Cámara de los Representativos, según las cuales los trabjadores, que no poseen documentos son considerados criminales ante las leyes federales.
A consecuencia de esto, desde que el gobierno declaró la guerra abierta a los inmigrantes, los mismos salen a protestar, mientras el desprestigiado departamento llamado despectivamente de "la migra" anda prendiendo a cuantos latinos encuentra trabajando.
Pero ya fue probado por la historia de inmigración, que la deportación de los latinoamericanos no va a contribuir en nada para que los americanos blancos, nacidos en USA, toman esos trabajos, que los inmigrantes son obligados a dejar. También es verdad el dicho de que los inmigrantes están haciendo los trabajos, que los americanos natos prefieren no hacer. Las publicaciones, que estos días están presentando sus puntos de vista con simpatía a la causa inmigratoria, como la "Z magaZine" nos incluyen como evidencia, el comentario de que en 1986, cuando se pasaron las prohibiciones de que se emplearan los indocumentados y los patrones los despidieron, enseguida se verificaron que las posiciones vacantes no se llenaban, por falta de quienes quisieran trabajar en estos trabajos de tan bajos salarios. (David Bacon: "The People Shout 'No'").
Es increíble que en un país, que fue fundado y progresó por el trabajo de los inmigrantes, ¡vayan a castigar a los que trabajan! El absurdo no se queda en eso, y se puede preguntar, si deportan a los trabajadores, ¿quiénes van a trabajar - un ejército de robots o de gente clonada?
La mentalidad americana es bien sencilla. Es bien fácil para el gobierno convencer a sus votantes de que el país anda con problemas con los hispanos, en vez de reconocer que el problema es la guerra y la globalización de las corporaciones. Ya Hitler lo había hecho en sus días. El golpe funciona, por lo tanto, es fácil para los productores de videos infames ganar su dinero promoviendo el odio económico-racial, al mismo tiempo que imitan al grupo de odio racista llamado "neo-nazista". Lo que pasa aquí en la casa de tío Sam no es apenas un fenómeno globalizante tampoco. Como dijo Eileen Foley, una periodista asociada al Toledo Blade, "El mundo es más complejo que cierto o errado, blanco o negro (o latino). Hay que saber poner razón para decretar nuevas leyes, no solamente las emociones (o el odio racial), aunque haya todavía cierto deseo de los americanos por una complexidad" en sus esperanzas.¿Sería demasiado esperar que los latinos, y por supuesto los anglosajones de conciencia humanitaria y los demás inmigrantes, que hacen la raza de este país, detengan su curiosidad y boicoteen los juegos de videos?
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home