CENIT portavoz de la regional exterior de la cnt-ait

"SI CADA REFUGIADO ESPAÑOL NARRASE SIMPLEMENTE LO QUE HA VIVIDO, SE LEVANTARÍA EL MÁS EXTRAORDINARIO Y CONMOVEDOR DE LOS MONUMENTOS HUMANOS" FEDERICA MONTSENY, 1978

24 agosto, 2006

CENIT 988 de 22 de agosto: Trazos de una vida militante


José YAÑEZ

El domingo 25 de junio de 2006, su hija Isabel me comunica la muerte de su padre José Yañez, a los 85 años, nació en Madrid, allí inicia su andadura de muy temprana edad en la CNT siendo un joven libertario inquieto y activo, como anécdota curiosa señalar que fue llevado del frente a su caso por menor de edad, terminada la guerra, participa en la reestructuración de la CNT en la clandestinidad, siendo detenido como tantos otros militantes libertarios y pernocta como buen cliente en el célebre penal de Ocaña. En este lugar, donde un grupo de militantes de experiencia y madurez orgánica, purgan penas por defender la libertad y el derecho a vivir con dignidad, estudian, proyectan y ejecutan la célebre fuga del penal de Ocaña, Yañez fue uno de los doce que lograron la ansiada libertad. Digo célebre y agrego espectacular, no con la finalidad en ensalzar estos cenetistas que participaron en un hecho que en teoría se cataloga como imposible, pero que ellos lo hicieron realidad, gracias al tesón y voluntad de llevar adelante su utopía de libertad. En los archivos carcelarios, ha quedado catalogada como una fuga perfecta e inimaginable, para burlar la estrechísima vigilancia del régimen carcelario.
No es la circunstancia de perforar el tunel, es el cúmulo de imponderables que se sucedían cada día, en el avance de la excavación, que solo la voluntad y ansias de libertad consiguieron tal proeza. Almacenamiento del escombro de la perforación, que era mucho, esquivar la ausencia de los currantes de la vigilancia y recuentos que durante el dia se hacían, que no fue un día, fueron semanas, utensilios para el trabajo, ingenio para conseguirlos o fabricarlos, toda una aventura de ciencia ficción, de misión imposible, hecha realidad. Yañez fue el currante más destacado de la perforación, lo fue durante toda su vida, a él se le puede aplicar que el sustento, de él y de los suyos, lo ganaba con el sudor de su frente. Pocos días duró su libertad, antes de llegar a Francia, los sicarios franquistas los detienen, y de nuevo al cautiverio. Puesto en libertad, se instala en Francia con su familia, hace contacto con la organización en la Comarcal del Macizo Central, pasando posteriormente a la Comarcal de Provenza, donde permanece hasta la extinción de dicha comarcal por incapacidad física de los compañeros. José Yañez siempre estuvo presente en la organización, participó en delegaciones, a Plenos y alguna misión en España. Yañez lleva con él la memoria de lo que hizo y lo que fue y como tantos otros militantes, se pierden en el olvido.
La familia ha respetado su voluntad, ni flores ni coronas, la incineración fue civil en el crematorio del cementerio de Saint Pierre de Marsella (Francia) en la más estricta intimidad de la familia, con la sencillez que en la época que aún vivía, daba a sus actos. A su compañera María, su hija e hijo, nietos y biznietos, sus compañeros de lucha, que no estaban presentes por motivo de edad y secuelas físicas, se asocian al dolor por tan sensible pérdida. Su hijo que en el mes de julio llevara sus cenizas a Madrid, lugar donde nació, para verterlas en el río Manzanares, como la semilla de sus frutos.
Por Llamazares