CENIT nº 990: El "Nuevo Medio Oriente" de Israel
Por Tanya Reinhart [profesora anarquista israeli] : Beirut está en llamas, cientos de libaneses mueren, cientos de miles pierden todo cuanto alguna vez poseyeron para convertirse en refugiados, y todo lo que el mundo hace es rescatar a los residentes con "pasaporte extranjero" de lo que hace dos semanas era "el París del Medio Oriente".
El Líbano puede ser asesinado, ya que "Israel tiene derecho a defenderse", tal cual reza el cántico de los EEUU, acostumbrados a bloquear cualquier intento internacional de imponer un alto al fuego.
Israel, con el apoyo de los EEUU, muestra su guerra en contra del Líbano, como una guerra de auto defensa. Es fácil vender este mensaje a los medios de comunicación masivos, pues los residentes del norte de Israel también se hallan en refugios, bombardeados y en peligro. La afirmación israelí de que ningún país dejaría tal ataque sobre sus ciudadanos sin respuesta, halla muchos oídos afines. Pero que se nos permita reconstruir cómo es que todo esto comenzó.
Un miércoles 12 de julio, una unidad de Hezbollah atacó dos jeeps blindados del ejército israelí, que estaba patrullando la frontera de Israel con el Líbano. Tres soldados israelíes fueron muertos en el ataque, y dos fueron hechos rehenes. En una conferencia sostenida en Beirut un par de horas más tarde, el líder de Hezbollah, Sheik Hassan Nasrallah, explicaba que su objetivo era lograr un intercambio de prisioneros, en el cual a cambio de los dos soldados israelíes rehenes, Israel debiera devolver tres prisioneros libaneses que Israel se había negado a liberar en un intercambio de prisioneros anterior. Nasrallah declaraba no "querer arrastrar a la región a la guerra", pero agregaba que nuestra "actual precaución no se debe a debilidad... si ellos (Israel) deciden confrontarnos, deben entonces prepararse para ciertas sorpresas".
El gobierno israelí, en cambio, no dio un sólo momento espacio para la diplomacia, negociaciones, o incluso para una fría negociación sobre la situación. En una reunión de gabinete aquel mismo día, autorizaba una masiva ofensiva sobre el Líbano. Como Ha'aretz reportaba, "en aguda contradicción con la forma de Israel de responder a ataques previos de Hezbollah, la sesión gubernamental acordó unánimemente que el gobierno libanés debía ser considerado el responsable por los eventos del día anterior". Olmert declaraba: "los eventos de esta mañana no constituyen un acto de terrorismo, sino que la acción de un Estado soberano que atacó a Israel sin ninguna razón y sin mediar provocación alguna". Añadía que el "gobierno libanés, del cual Hezbollah es parte, está tratando de perjudicar la estabilidad regional. El Líbano es responsable, y el Líbano pagará las consecuencias de sus actos".
Durante la reunión del gabinete, "las FFAA israelíes recomendaron varios operativos dirigidos en contra del gobierno del Líbano y de objetivos estratégicos en el Líbano", así como un ataque integral al sur del Líbano (donde se concentran las baterías con cohetes de Hezbollah). El gobierno inmediatamente aprobó ambas recomendaciones. El espíritu de la decisión del gabinete fue sucintamente resumido por el ministro de defensa Amir Peretz, quien dijo "nos estamos saltando la etapa de las amenazas, yendo derecho a la acción".
A las 21.50 hrs. de aquel mismo día, la edición de internet de Ha'aretz informaba que para entonces Israel ya había bombardeado puentes en el Líbano central y atacado "puestos de Hezbollah" en el sur del Líbano. El informe de prensa de Amnistía Internacional del día siguiente (13 de julio del 2006) afirmaba que en esas acciones "unos 40 civiles libaneses habían sido muertos... entre las víctimas libanesas había una familia completa de diez miembros, incluyendo ocho niños, asesinados en el poblado de Dweir, cerca de Nabatiyeh, y otra familia de siete personas, incluyendo un bebé de siete meses, asesinados en el poblado de Baflay, cerca de Tiro. Más de 60 otros civiles fueron heridos en estos ataques".
Fue sólo en este momento, al comenzar la noche del miércoles siguiendo al primer ataque israelí, que Hezbollah comenzó su ataque con cohetes al norte de Israel. Más tarde, esa misma noche (antes de la mañana del jueves), Israel lanzaba su primer ataque sobre Beirut; los aviones de guerra israelíes bombardearon el aeropuerto internacional de Beirut matando al menos 27 civiles libaneses en una serie de oleadas. En respuesta, los ataques con cohetes de Hezbollah se intensificaron el jueves, cuando "más de 100 cohetes Katyusha fueron disparados hacia Israel desde el Líbano, en el más grande ataque de esta naturaleza desde el inicio de la guerra del Líbano de 1982". Dos civiles israelíes fueron muertos en este ataque, y 132 debieron ser llevados al hospital. Cuando Israel comenzó a atacar los barrios chiítas de Beirut al día siguiente, cosa que incluyó un atentado fallido a la vida de Nasrallah, Hezbollah extendió sus ataques con cohetes a Haifa.
Por la manera en que comenzó, no había nada en las acciones militares de Hezbollah, sea lo que uno piense de ellas, que justificaran la masiva y desproporcionada respuesta de Israel. El Libano tiene una disputa limítrofe de hace tiempo con Israel: El 2000, cuando Israel, bajo el primer ministro Ehud Barak, se retiró del sur del Líbano, Israel conservó un pequeño pedazo de tierra conocido como los campos de Shaba (Chebaa), cerca del monte Dov, el cual dicen que pertenecía históricamente a Siria y no a el Líbano, pese a que tanto Siria como el Líbano lo niegan. El gobierno libanés ha frecuentemente apelado al gobierno de los EEUU y a otros, para que Israel se retire de estos territorios, que ha permanecido como el punto de fricción en el sur del Líbano, a fin de calmar las tensiones en el área y poder ayudar a las negociaciones internas en el Líbano para poder implementar las resoluciones de la ONU. El más reciente de tales llamados, ha sido a mediados de abril del 2006, durante un encuentro en Washington entre el primer ministro libanés Fouad Siniora y George Bush [6]. En los seis años desde que Israel se retiró, han habido frecuentemente incidentes limítrofes entre Hezbollah y el ejército israelí, y violaciones al cese al fuego como la cometida ahora por Hezbollah, han ocurrido ya antes, iniciadas por cualquiera de ambas partes, siendo más frecuente por parte de Israel. Ninguno de los anteriores incidentes terminó en bombardeos con Katyushas del norte de Israel, el cual ha gozado de absoluta calma desde la retirada israelí. Era posible para Israel manejar este incidente como todos los que le precedieron, con a lo más un acto de venganza local, o con un intercambio de prisioneros, o mejor aún, con un intento de resolver esta disputa limítrofe de una buena vez por todas. Al contrario, Israel optó por una guerra global. Como dijo Peretz: "El objetivo con este incidente es que de él salga Hezbollah tan golpeado, que ningún hombre en él no se lamente de haber causado este incidente (sic)".
El gobierno israelí sabía bien desde el comienzo que al lanzar esta ofensiva se expondría el norte de Israel a fuertes ataques con cohetes Katyusha. Esto fue abiertamente discutido en estas primeras reuniones gubernamentales el miércoles: "Es probable que Hezbollah responda a los ataques israelíes con grandes lanzamientos de cohetes hacia Israel, y en ese caso, las FFAA israelíes desplazarán sus fuerzas en una ofensiva terrestre en el Líbano". Uno no puede evitar sacar la conclusión de que para el ejército y el gobierno israelí, el poner en riesgo la vida de residentes del norte de Israel es un precio justo a pagar a fin de justificar la planeada ofensiva terrestre. Comenzaron a preparar a los israelíes ya ese mismo miércoles para lo que viniera: "podremos estar frente a una realidad completamente diferente, en la cual cientos de miles de israelíes se encontrarán, por un breve tiempo, bajo el peligro de los cohetes de Hezbollah" decía un oficial de defensa experimentado. "Esto incluye a los residentes del centro del país". Para el liderazgo militar de Israel, no sólo los libaneses y los palestinos, sino también los mismos israelíes, son sólo peones en sus grandes visiones militaristas.
La velocidad a la que todo ocurrió (junto a mucha otra información) indican que Israel había estado largamente esperando que "las condiciones internacionales madurasen" para la guerra masiva que había estado planificando en el Líbano. De hecho, no es necesario siquiera especular sobre esto, ya que desde el comienzo, fuentes oficiales de Israel y de los EEUU han sido lo suficientemente abiertos sobre este punto. Como decía un oficial israelí al Washington Post del 16 de julio, "el ataque fronterizo de Hezbollah, nos ha dado un 'momento único' con una 'convergencia de intereses'". El diario nos sigue señalando que significa esta convergencia de intereses:
"Para los EEUU el objetivo más amplio es estrangular el eje de Hezbollah, Hamas, Siria e Irán, que la administración de Bush cree están apostando recursos para cambiar el campo de juego estratégico en el Medio Oriente, según oficiales de los EEUU"
Para los EEUU, el Medio Oriente es un "campo de juego estratégico", en donde el juego es el establecimiento de la dominación completa de los EEUU. Los EEUU ya controlan a Irak y Afganistán, y consideran a Egipto, Arabia Saudita, Jordania y unos cuantos otros estados, como regímenes amistosos y cooperadores. Pero aún con este inmenso bastión, la dominación completa de los EEUU está lejos de ser una realidad. Irán se ha visto fortalecido con la guerra de Irak y ha rechazado aceptar los decretos del amo. En todo el mundo árabe, incluidos los "regímenes amistosos", hay hirviendo odio en contra de los EEUU, cuyo motivo central no es sólo la ocupación de Irak, sino que la brutal opresión de los palestinos y el respaldo de los EEUU a las políticas de Israel. El nuevo eje de los cuatro enemigos del gobierno de Bush (Hezbollah, Hamas, Siria, Irán) es visto por el mundo árabe como la resistencia al dominio de los EEUU o Israel, y defendiendo la libertad árabe. Desde la perspectiva de Bush, a él sólo le quedan dos años para consolidar su visión de un dominio completo sobre el Medio Oriente, y para hacer eso, todas las semillas de la resistencia deben ser aplastadas con un devastador golpe que deje en claro a todos y cada uno de los árabes que la obediencia al amo es la única manera de permanecer con vida. Si Israel tiene la voluntad para hacer este trabajo, y aplastar así no sólo a los palestinos, sino también al Líbano y a Hezbollah, entonces los EEUU, resquebrajados internamente sobre el creciente resentimiento hacia las guerras de Bush, y quizás incapaz de enviar nuevos soldados para ser asesinados para esta causa por ahora, dará a Israel todo el apoyo que pueda. Como Rice anunciara en su visita a Jerusalén el 25 de julio, lo que está en cuestión es un "nuevo Medio Oriente". "Nosotros prevaleceremos" -le prometió a Olmert.
Pero Israel no está sólo sacrificando a sus soldados y ciudadanos para complacer a la administración de Bush. El "nuevo Medio Oriente" ha sido un sueño de los círculos militares dominantes de Israel, al menos, desde 1982, cuando Sharon llevó al país a la primera guerra del Líbano, precisamente con este fin declarado. Los líderes de Hezbollah han argumentado por años que su rol real a largo plazo es proteger al Líbano, cuyo ejército es demasiado débil para hacer esto. Ellos dicen que Israel nunca ha renunciado a sus aspiraciones para el Líbano y que la única razón por la cual tuvieron que retirarse del sur del Líbano en el 2000 es porque la resistencia de Hezbollah, hizo que mantener la ocupación les sea demasiado costoso. El pueblo del Líbano sabe lo que todo israelí lo suficientemente viejo para recordar sabe -que en la visión de Ben Gurion, el líder fundador de Israel, las fronteras de Israel debieran ser "naturales", es decir -el río Jordán al Este, y el río Litani del Líbano por el norte. En 1967 Israel ganó el control del río Jordán, en las tierras ocupadas de Palestina, pero todos los intentos de establecer la frontera en el Litani hasta ahora han fracasado.
Como argumentaba en Israel/Palestina, aún cuando el ejército israelí abandonaba el sur del Líbano el 2000, los planes para el regreso ya estaban listos. Pero en la visión militar de Israel, en el siguiente round, la tierra debe primero ser "limpiada" de sus residentes, como hizo Israel cuando ocupó la meseta siria de Golan en 1967, y como está haciendo ahora en el sur del Líbano. Para permitir la eventual realización de Israel de la visión de Ben Gurion, es necesario establecer un "régimen amistoso" en el Líbano, uno que colabore con aplastar cualquier forma de resistencia. Para hacer esto, es necesario primero destruir al país, como en el modelo norteamericano de Irak. Estos fueron precisamente los objetivos declarados de Sharon en la primera guerra del Líbano. Israel y los EEUU creen que ahora las condiciones han madurado lo suficiente como para que estos objetivos puedan ser finalmente llevados a cabo.
Tanya Reinhart es profesora benemérita de lingüística y estudios mediáticos en la universidad de Tel Aviv y es colaboradora frecuente del periódico israelí "Yediot Aharonot". La segunda edición de su libro del 2002, Israel/Palestine - how to end the war of 1948, ha aparecido el año pasado (Seven Stories) y su nuevo libro, The Road Map to Nowhere, aparecerá en septiembre (Verso). De la misma autora puede revisar: Israel: What are they fighting for?
http://www.tau.ac.il/~reinhart (sección de Media articles, en el jueves).
Traducción y original, texto con anotaciones :
a-infos-ca@ainfos.ca
El Líbano puede ser asesinado, ya que "Israel tiene derecho a defenderse", tal cual reza el cántico de los EEUU, acostumbrados a bloquear cualquier intento internacional de imponer un alto al fuego.
Israel, con el apoyo de los EEUU, muestra su guerra en contra del Líbano, como una guerra de auto defensa. Es fácil vender este mensaje a los medios de comunicación masivos, pues los residentes del norte de Israel también se hallan en refugios, bombardeados y en peligro. La afirmación israelí de que ningún país dejaría tal ataque sobre sus ciudadanos sin respuesta, halla muchos oídos afines. Pero que se nos permita reconstruir cómo es que todo esto comenzó.
Un miércoles 12 de julio, una unidad de Hezbollah atacó dos jeeps blindados del ejército israelí, que estaba patrullando la frontera de Israel con el Líbano. Tres soldados israelíes fueron muertos en el ataque, y dos fueron hechos rehenes. En una conferencia sostenida en Beirut un par de horas más tarde, el líder de Hezbollah, Sheik Hassan Nasrallah, explicaba que su objetivo era lograr un intercambio de prisioneros, en el cual a cambio de los dos soldados israelíes rehenes, Israel debiera devolver tres prisioneros libaneses que Israel se había negado a liberar en un intercambio de prisioneros anterior. Nasrallah declaraba no "querer arrastrar a la región a la guerra", pero agregaba que nuestra "actual precaución no se debe a debilidad... si ellos (Israel) deciden confrontarnos, deben entonces prepararse para ciertas sorpresas".
El gobierno israelí, en cambio, no dio un sólo momento espacio para la diplomacia, negociaciones, o incluso para una fría negociación sobre la situación. En una reunión de gabinete aquel mismo día, autorizaba una masiva ofensiva sobre el Líbano. Como Ha'aretz reportaba, "en aguda contradicción con la forma de Israel de responder a ataques previos de Hezbollah, la sesión gubernamental acordó unánimemente que el gobierno libanés debía ser considerado el responsable por los eventos del día anterior". Olmert declaraba: "los eventos de esta mañana no constituyen un acto de terrorismo, sino que la acción de un Estado soberano que atacó a Israel sin ninguna razón y sin mediar provocación alguna". Añadía que el "gobierno libanés, del cual Hezbollah es parte, está tratando de perjudicar la estabilidad regional. El Líbano es responsable, y el Líbano pagará las consecuencias de sus actos".
Durante la reunión del gabinete, "las FFAA israelíes recomendaron varios operativos dirigidos en contra del gobierno del Líbano y de objetivos estratégicos en el Líbano", así como un ataque integral al sur del Líbano (donde se concentran las baterías con cohetes de Hezbollah). El gobierno inmediatamente aprobó ambas recomendaciones. El espíritu de la decisión del gabinete fue sucintamente resumido por el ministro de defensa Amir Peretz, quien dijo "nos estamos saltando la etapa de las amenazas, yendo derecho a la acción".
A las 21.50 hrs. de aquel mismo día, la edición de internet de Ha'aretz informaba que para entonces Israel ya había bombardeado puentes en el Líbano central y atacado "puestos de Hezbollah" en el sur del Líbano. El informe de prensa de Amnistía Internacional del día siguiente (13 de julio del 2006) afirmaba que en esas acciones "unos 40 civiles libaneses habían sido muertos... entre las víctimas libanesas había una familia completa de diez miembros, incluyendo ocho niños, asesinados en el poblado de Dweir, cerca de Nabatiyeh, y otra familia de siete personas, incluyendo un bebé de siete meses, asesinados en el poblado de Baflay, cerca de Tiro. Más de 60 otros civiles fueron heridos en estos ataques".
Fue sólo en este momento, al comenzar la noche del miércoles siguiendo al primer ataque israelí, que Hezbollah comenzó su ataque con cohetes al norte de Israel. Más tarde, esa misma noche (antes de la mañana del jueves), Israel lanzaba su primer ataque sobre Beirut; los aviones de guerra israelíes bombardearon el aeropuerto internacional de Beirut matando al menos 27 civiles libaneses en una serie de oleadas. En respuesta, los ataques con cohetes de Hezbollah se intensificaron el jueves, cuando "más de 100 cohetes Katyusha fueron disparados hacia Israel desde el Líbano, en el más grande ataque de esta naturaleza desde el inicio de la guerra del Líbano de 1982". Dos civiles israelíes fueron muertos en este ataque, y 132 debieron ser llevados al hospital. Cuando Israel comenzó a atacar los barrios chiítas de Beirut al día siguiente, cosa que incluyó un atentado fallido a la vida de Nasrallah, Hezbollah extendió sus ataques con cohetes a Haifa.
Por la manera en que comenzó, no había nada en las acciones militares de Hezbollah, sea lo que uno piense de ellas, que justificaran la masiva y desproporcionada respuesta de Israel. El Libano tiene una disputa limítrofe de hace tiempo con Israel: El 2000, cuando Israel, bajo el primer ministro Ehud Barak, se retiró del sur del Líbano, Israel conservó un pequeño pedazo de tierra conocido como los campos de Shaba (Chebaa), cerca del monte Dov, el cual dicen que pertenecía históricamente a Siria y no a el Líbano, pese a que tanto Siria como el Líbano lo niegan. El gobierno libanés ha frecuentemente apelado al gobierno de los EEUU y a otros, para que Israel se retire de estos territorios, que ha permanecido como el punto de fricción en el sur del Líbano, a fin de calmar las tensiones en el área y poder ayudar a las negociaciones internas en el Líbano para poder implementar las resoluciones de la ONU. El más reciente de tales llamados, ha sido a mediados de abril del 2006, durante un encuentro en Washington entre el primer ministro libanés Fouad Siniora y George Bush [6]. En los seis años desde que Israel se retiró, han habido frecuentemente incidentes limítrofes entre Hezbollah y el ejército israelí, y violaciones al cese al fuego como la cometida ahora por Hezbollah, han ocurrido ya antes, iniciadas por cualquiera de ambas partes, siendo más frecuente por parte de Israel. Ninguno de los anteriores incidentes terminó en bombardeos con Katyushas del norte de Israel, el cual ha gozado de absoluta calma desde la retirada israelí. Era posible para Israel manejar este incidente como todos los que le precedieron, con a lo más un acto de venganza local, o con un intercambio de prisioneros, o mejor aún, con un intento de resolver esta disputa limítrofe de una buena vez por todas. Al contrario, Israel optó por una guerra global. Como dijo Peretz: "El objetivo con este incidente es que de él salga Hezbollah tan golpeado, que ningún hombre en él no se lamente de haber causado este incidente (sic)".
El gobierno israelí sabía bien desde el comienzo que al lanzar esta ofensiva se expondría el norte de Israel a fuertes ataques con cohetes Katyusha. Esto fue abiertamente discutido en estas primeras reuniones gubernamentales el miércoles: "Es probable que Hezbollah responda a los ataques israelíes con grandes lanzamientos de cohetes hacia Israel, y en ese caso, las FFAA israelíes desplazarán sus fuerzas en una ofensiva terrestre en el Líbano". Uno no puede evitar sacar la conclusión de que para el ejército y el gobierno israelí, el poner en riesgo la vida de residentes del norte de Israel es un precio justo a pagar a fin de justificar la planeada ofensiva terrestre. Comenzaron a preparar a los israelíes ya ese mismo miércoles para lo que viniera: "podremos estar frente a una realidad completamente diferente, en la cual cientos de miles de israelíes se encontrarán, por un breve tiempo, bajo el peligro de los cohetes de Hezbollah" decía un oficial de defensa experimentado. "Esto incluye a los residentes del centro del país". Para el liderazgo militar de Israel, no sólo los libaneses y los palestinos, sino también los mismos israelíes, son sólo peones en sus grandes visiones militaristas.
La velocidad a la que todo ocurrió (junto a mucha otra información) indican que Israel había estado largamente esperando que "las condiciones internacionales madurasen" para la guerra masiva que había estado planificando en el Líbano. De hecho, no es necesario siquiera especular sobre esto, ya que desde el comienzo, fuentes oficiales de Israel y de los EEUU han sido lo suficientemente abiertos sobre este punto. Como decía un oficial israelí al Washington Post del 16 de julio, "el ataque fronterizo de Hezbollah, nos ha dado un 'momento único' con una 'convergencia de intereses'". El diario nos sigue señalando que significa esta convergencia de intereses:
"Para los EEUU el objetivo más amplio es estrangular el eje de Hezbollah, Hamas, Siria e Irán, que la administración de Bush cree están apostando recursos para cambiar el campo de juego estratégico en el Medio Oriente, según oficiales de los EEUU"
Para los EEUU, el Medio Oriente es un "campo de juego estratégico", en donde el juego es el establecimiento de la dominación completa de los EEUU. Los EEUU ya controlan a Irak y Afganistán, y consideran a Egipto, Arabia Saudita, Jordania y unos cuantos otros estados, como regímenes amistosos y cooperadores. Pero aún con este inmenso bastión, la dominación completa de los EEUU está lejos de ser una realidad. Irán se ha visto fortalecido con la guerra de Irak y ha rechazado aceptar los decretos del amo. En todo el mundo árabe, incluidos los "regímenes amistosos", hay hirviendo odio en contra de los EEUU, cuyo motivo central no es sólo la ocupación de Irak, sino que la brutal opresión de los palestinos y el respaldo de los EEUU a las políticas de Israel. El nuevo eje de los cuatro enemigos del gobierno de Bush (Hezbollah, Hamas, Siria, Irán) es visto por el mundo árabe como la resistencia al dominio de los EEUU o Israel, y defendiendo la libertad árabe. Desde la perspectiva de Bush, a él sólo le quedan dos años para consolidar su visión de un dominio completo sobre el Medio Oriente, y para hacer eso, todas las semillas de la resistencia deben ser aplastadas con un devastador golpe que deje en claro a todos y cada uno de los árabes que la obediencia al amo es la única manera de permanecer con vida. Si Israel tiene la voluntad para hacer este trabajo, y aplastar así no sólo a los palestinos, sino también al Líbano y a Hezbollah, entonces los EEUU, resquebrajados internamente sobre el creciente resentimiento hacia las guerras de Bush, y quizás incapaz de enviar nuevos soldados para ser asesinados para esta causa por ahora, dará a Israel todo el apoyo que pueda. Como Rice anunciara en su visita a Jerusalén el 25 de julio, lo que está en cuestión es un "nuevo Medio Oriente". "Nosotros prevaleceremos" -le prometió a Olmert.
Pero Israel no está sólo sacrificando a sus soldados y ciudadanos para complacer a la administración de Bush. El "nuevo Medio Oriente" ha sido un sueño de los círculos militares dominantes de Israel, al menos, desde 1982, cuando Sharon llevó al país a la primera guerra del Líbano, precisamente con este fin declarado. Los líderes de Hezbollah han argumentado por años que su rol real a largo plazo es proteger al Líbano, cuyo ejército es demasiado débil para hacer esto. Ellos dicen que Israel nunca ha renunciado a sus aspiraciones para el Líbano y que la única razón por la cual tuvieron que retirarse del sur del Líbano en el 2000 es porque la resistencia de Hezbollah, hizo que mantener la ocupación les sea demasiado costoso. El pueblo del Líbano sabe lo que todo israelí lo suficientemente viejo para recordar sabe -que en la visión de Ben Gurion, el líder fundador de Israel, las fronteras de Israel debieran ser "naturales", es decir -el río Jordán al Este, y el río Litani del Líbano por el norte. En 1967 Israel ganó el control del río Jordán, en las tierras ocupadas de Palestina, pero todos los intentos de establecer la frontera en el Litani hasta ahora han fracasado.
Como argumentaba en Israel/Palestina, aún cuando el ejército israelí abandonaba el sur del Líbano el 2000, los planes para el regreso ya estaban listos. Pero en la visión militar de Israel, en el siguiente round, la tierra debe primero ser "limpiada" de sus residentes, como hizo Israel cuando ocupó la meseta siria de Golan en 1967, y como está haciendo ahora en el sur del Líbano. Para permitir la eventual realización de Israel de la visión de Ben Gurion, es necesario establecer un "régimen amistoso" en el Líbano, uno que colabore con aplastar cualquier forma de resistencia. Para hacer esto, es necesario primero destruir al país, como en el modelo norteamericano de Irak. Estos fueron precisamente los objetivos declarados de Sharon en la primera guerra del Líbano. Israel y los EEUU creen que ahora las condiciones han madurado lo suficiente como para que estos objetivos puedan ser finalmente llevados a cabo.
Tanya Reinhart es profesora benemérita de lingüística y estudios mediáticos en la universidad de Tel Aviv y es colaboradora frecuente del periódico israelí "Yediot Aharonot". La segunda edición de su libro del 2002, Israel/Palestine - how to end the war of 1948, ha aparecido el año pasado (Seven Stories) y su nuevo libro, The Road Map to Nowhere, aparecerá en septiembre (Verso). De la misma autora puede revisar: Israel: What are they fighting for?
http://www.tau.ac.il/~reinhart (sección de Media articles, en el jueves).
Traducción y original, texto con anotaciones :
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