CENIT portavoz de la regional exterior de la cnt-ait

"SI CADA REFUGIADO ESPAÑOL NARRASE SIMPLEMENTE LO QUE HA VIVIDO, SE LEVANTARÍA EL MÁS EXTRAORDINARIO Y CONMOVEDOR DE LOS MONUMENTOS HUMANOS" FEDERICA MONTSENY, 1978

11 diciembre, 2006

CENIT 995: Vigencia y persistencia del pasado


por Valentin MONTANé

Sin pasado no hay presente ni futuro. Esta afirmación la hemos podido comprobar en el curso de nuestro viaje a la tierra que nos vió nacer.
Primera etapa Bram, esta pequeña localidad del Lauragais donde pasamos unas horas ha edificado, en una glorieta, un monumento memorial del campo de concentración dónde más de 15.000 españoles soportaron los tratos drásticos, a veces inhumanos, por parte de la administración del campo y de las autoridades del departamento del Aude.
La municipalidad actual ha sabido tener en cuenta la gran tragedia que vivieron, los hombres mujeres y niños, detras de una doble fila de alambradas de puas y bien guardados por soldados en armas. El secretario del ayuntamiento nos proporcionó un documento en el cual queda patente y se reconoce las privaciones y exacciones cometidas en el campo.
Dejamos constancia de nuestro agradecimiento en el libro de oro del museo arqueológico a la ciudad de Bram, por su interés en conservar la memoria de un pasado tràgico vivido en el 1939 y sucesivos en las cercanías de la ciudad.
Añadiremos el trabajo realizado por el colegio Varsovie de Carcassonne (en clases de 3a E y 3a H) editado por el Consejo General del Aude y dedicado: A los refugiados, un día el mundo les pedirá perdón. Escribiendo estas palabras, Andreu, refugiado anónimo del campo de Bram no creía acertar. Este día ha llegado; hoy el mundo pide perdón a los refugiados (se puede pedir este librito documento al Conseil General de l’Aude, Service documentation, Carcassonne 11000).
Segunda etapa: Tivisa (Provincia de Tarragona), pueblo muy pintoresco situado en la parte montañosa de la ribera del Ebro, donde pasamos unos días muy agradables. Antes de salir de nuestro domicilio, teniamos noción de que en Marça, a unos kilómetros de Tivisa, existe la tumba de un brigadista internacional americano (de la 15a Brigada Lincoln), John Koolson.
Sin perder tiempo allí nos desplazamos, nos dirigimos al ayuntamiento; cerrado, por suerte pudimos contactar el alguacil, quien de manera espontánea, nos acompañó al pié de un monumento que vimos a la entrada del pueblo, sin tener la más mínima idea de lo que representaba, de hecho es un escultor vecino de Marça, quien realizó la obra a la memoria de la 15a Brigada, que estacionó en el pueblo durante los combates de la batalla del Ebro.
En el frontón de una casa se puede leer "Intendencia XVa Bri." El dueño de la casa no ha querido borrar la inscripción. Luego nos acompañó a la tumba de John Koolson, situada a unos kilómetros del pueblo al lado de la carretera. Su buen amigo, Clarence Kailin, quien fue testigo del entierro, vino de EE.UU. y desbrozó la tumba que las zarzas y vegetación habían encubierto. Según el alguacil, Clarence ha hecho constar en internet el lugar exacto de la tumba y ha pintado una roca al lado de la carretera con el fin de facilitar el encontrarla. Hemos hecho varias fotos. Nos dijo el alguacil que vienen a menudo americanos a visitar la tumba.
En un artículo de la Vanguardia, se pone en relieve la fuerte personalidad de este joven que perdió la vida por una causa. La conclusión del artículo es: ¿valió la pena el haber venido a España? La respuesta la dió su propio padre en una carta: “Tendría más razón un hombre joven habiendo muerto por una causa, que en vivir una vida entera sin ninguna…” Murió según la lápida el 11 de setiembre del 1938 a la edad de 26 años.
Dejamos este pueblecito, y nos adentramos en el Priorato por carreteras y paisajes muy bonitos, habiendo recorrido regularmente esta región, comprobamos unas mejoras indiscutibles en el estado de las vías de enlace entre pueblos retirados. Las carreteras de gran circulación son inmejorables. Dimos una vuelta en Porrera donde tiene negocios y viñedos el cantante Lluis Llach, Gratallops, Asco, Gandesa y Benifallet, donde le hicimos una corta visita a la Compañera de nuestro recordado José Salaet, fallecido en el mes de Junio pasado.
Pasamos una semana en Cambrils, cerca del mar y como el tiempo nos fue favorable nos pudimos bañar varias veces. Todo no fue ocio, enterados de que en el Centro Cultural estaban previstas una serie de actividades; conferencias y exposiciones sobre la vida local durante la guerra 36-39, en el "Hospital de la sang", hoy día Centro Cultural, sirvió para cuidar los heridos en los combates frente a las fuerzas fascistas. 315 combatientes que fallecieron fueron sepultados en el cementerio de Cambrils.
Uno de los animadores nos presentó al Alcalde de la ciudad, el cual nos explicó que su abuela fue una de las mujeres que salió de Angoûlème en el convoi 927 dirección Alemania, y que terminó su recorrido en España. Las dificultades de readaptación, como las de muchos que regresaron en los años próximos al final de la guerra, fueron muy angustiosas.
Asistimos a la ‘Xarrada’ de un historiador local, Josep Bertran Cuders, quien abordó los sucesos del levantamiento militar, reteniendo sobre todo la parte negativa, denunció por ejemplo la movilización de la clase del ‘biberón’. Queda bien patente que, aún no existen las ansias de descubrir los verdaderos hechos y los motivos, denunció la quema de iglesias y conventos, la muerte de curas y monjas. Yo le pregunté por qué se llegó a esos extremos y le dí mi criterio, sin el golpe de estado franquista, con la participación de los caciques y de la iglesia, no se hubieran producido estas exacciones.
Los problemas entre los hombres siempre deberían poderse resolver sin violencias, insistí en el hecho que si se mataron algunos curas con motivos, también los nacionalistas eliminaron a 800 en el país vasco. No hablo J. Bertran de los juicios sumarios del franquismo, de las matanzas llevadas a cabo en el campo de la Bota, en Tarragona, Lérida y en toda España, también hubiese podido decir que cinco vecinos de Cambrils fueron fusilados, no se detuvo en hablar del exilio forzado de los que pudimos pasar la frontera, se lo recordamos, pero no hubo debate, la asistencia no quiso intervenir, asi quedó terminada la conferencia.
Al salir del local nos entretuvimos con dos de los asistentes, el uno me dijo que era demasiado lo que querían los opositores al levantamiento militar, le replique que siempre hay que pedir lo imposible para obtener lo posible, como dice Lluis Llach en una de sus canciones.