CENIT portavoz de la regional exterior de la cnt-ait

"SI CADA REFUGIADO ESPAÑOL NARRASE SIMPLEMENTE LO QUE HA VIVIDO, SE LEVANTARÍA EL MÁS EXTRAORDINARIO Y CONMOVEDOR DE LOS MONUMENTOS HUMANOS" FEDERICA MONTSENY, 1978

26 diciembre, 2005

LA COMEZÓN DEL SÉPTIMO AÑO


ESTO Y AQUELLO de CeNiT

Los esfuerzos chavistas por romper con el neocolonialismo que sobre Venezuela ejerce el Pentágono dan frutos pero no se ha alcanzado todavía la meta. La “tiranía chavista” ha venido cobrándole impuesto a los ricos y tratando de aliviar las penurias de los pobres, y eso va contra toda la lógica de la civilización occidental que, como sabemos, dicta los Estados Unidos de América. Lo que más me encanta del chavismo es su ingenuidad blindada, ese encanto del romanticismo revolucionario según el cual “querer es poder” tan propio de los infantilismos de todos los matices.

Pero esa ingenuidad es propia de la idiosincrasia venezolana. Aunque mi comandante dijo, después del golpe del 2002, que no lo volverían a pillar en ropa interior. Pero uno nunca sabe: estos gringos son unos hijos de puta en toda la regla. En eso, y en algunas otras cosas, Fidel Castro tiene razón.

En siete años Chávez ha puesto a la Casa Blanca en situación de emergencia. Les ha, como dicen los venezolanos, “ladrado en la cueva”. Uno podría incluso preguntarse que si Chávez no molesta a los gringos por qué los gringos se irritan porque Chávez lleve ya siete años en el gobierno. No me digan que es porque los Estados Unidos cree “en la democracia”: si me dicen eso, ponemos la música, abrimos las botellas y a reírnos todos a mandíbula batiente.

Con Chávez Estados Unidos ha perdido la compostura. Claro, también la perdió con Augusto César Sandino, y usó a un empleado de una firma gringa, un tal Somoza, para que se encargara del “asunto”. Con Fidel Castro, casi pierden la guerra atómica; y, ahora, a Castro le ha dado por comenzar a revelar secretos de la Guerra Fría, especialmente en el escenario africano, que a todos nos deja con la boca abierta.

Pero en Cuba siempre hubo cubanos y azúcar. Mientras que Chávez está sentado sobre millones de barriles de petróleo. Pero esto no es precisamente lo que causa desazón en el poder imperial.

A mi comandante Chávez se le ha metido en la cabeza que debemos de unirnos todos los pueblos del Sur, con el objeto de exigir mejores condiciones en el comercio mundial. Y esto es lo grave, lo inadmisible para las mafias de la City o neoyorquinas. Con razón desde la Casa Blanca le dicen a Chávez: “métete con el santo mas no con la limosna”.

Las relaciones de intercambio son a nivel del comercio mundial lo mismo que es la relación entre la plusvalía y el salario en una fábrica de alpargatas. Si usted tiene esclavos trabajando usted puede convertirse en una persona adinerada. Si usted compra el barril de petróleo a cinco dólares usted puede seguir contaminando el planeta, nadie se lo impide.

Pero si América del Sur se une, levanta las barreras aduanales, comienzan los intercambios usando el trueque, se respetan los derechos de los pueblos originarios, se cerca la Amazonia para que no se la siga deforestando, entonces los señores de Wall Street se enojan, padecen de jaquecas y los negocios van mal.

Este “comunismo chavista” es insoportable. Así nadie puede vivir, bajo los rigores de este “totalitarismo de cuño estaliniano”. Le asfixian la libertad, pues, a los de siempre: a los ricos. Y, lo peor mi amigo, los grandes “malls”, construidos para el disfrute de la clase media y de los intelectuales blancos, educados según las etiquetas de la raza superior, ahora están atestados de esa inmensa masa de mestizos, negros, aindiados, cholos, meros monos, que siempre andan cantando el maldito estribillo: “Chávez los tiene locos”. ¡Fin de mundo! ¡Esto es la barbarie!

Y eso tampoco le interesa mucho a la gente del Pentágono. Pero si no ha habido problema en hacer negocios con el Partido Comunista chino, aunque ahora anden asustados los yanquis porque despertaron al dragón asiático. Más le ha dolido a la mafia del poder imperial que un buque venezolano llene de petróleo las refinerías de Buenos Aires. No, esto es inadmisible, Chávez irrespeta las “reglas del juego”, no es un demócrata, es un “dictadorzuelo”.

Cuando uno comienza a entender que a los Estados Unidos no le interesa ni el comunismo ni la libertad sino sólo los dólares, entonces comenzamos a entender el léxico de Al Capone. Cuando uno escucha al presidente de los Estados Unidos hablar de libertad lo que más vale hacer es guardar su billetera –si la tiene- en un lugar seguro.

El Tío Sam es el típico cosmopolita del sionismo mundial, muy poco le importa la casa de al lado, si puede quemarla y con eso hace unos millones de más, pues va y la quema. Ahí está Israel, genocida de palestinos, riéndose todos los días del derecho internacional. La paja y la filosofía se han hecho para justificar el robo y el crimen de los más por los menos.

Y decía yo que el ingenuismo chavista es de órdago porque yo sigo temiendo que aquí pase cualquier cosa en cualquier momento; sólo falta el general oportuno en el momento adecuado. Y no precisamente un Pinochet que con cuatro aviones bombardea el palacio de La Moneda. Aquí hace falta algo más serio. Pero no se preocupen, que en el Pentágono se lo están pensando. Faltaba más, para que le tenemos, pues.æ

FLOREAL CASTILLA