CENIT portavoz de la regional exterior de la cnt-ait

"SI CADA REFUGIADO ESPAÑOL NARRASE SIMPLEMENTE LO QUE HA VIVIDO, SE LEVANTARÍA EL MÁS EXTRAORDINARIO Y CONMOVEDOR DE LOS MONUMENTOS HUMANOS" FEDERICA MONTSENY, 1978

25 marzo, 2006

LA IGLESIA Y EL JUEGO DEL DINERO= HIPOCRESÍA


Amigo lector, quizás no estes al corriente de la implicación creciente de la iglesia católica en los juegos de dinero en Australia. El nivel de compromiso es revelador de una actitud más general hacia la industria del juego, que revela una inversión creciente desconocida en la industria mundial.
Se sabe ciertamente que el catecismo de la iglesia es equívoco a ese respecto. Esté indica que el juego es un problema solamente cuando priva alguien de lo que le es necesario a su imprescindible y al de su prójimo. Esta ambigüedad permite a la iglesia invertir en la industria, directamente al nivel organizador o indirectamente en el plan personal.
Por tan lejos que uno se acuerde, en Australia, la iglesia ha organizado veladas de "bingo" en los clubs, por unas monedillas puede el jugador entregarse a un juego (inocente) de azar dotado de premios.
Mucho tiempo no fue raro de ver curas en los hipódromos. En la muy puritana Irlanda hace algunos años un cura católico figuraba en una emisión de téle dando informaciones hípicas desde el púlpito, después de su sermon dominical; y seguidamente filmado apostando vestido de civil.
Y este otro de Melbourne, publicó durante varios años sus pronósticos en el periódico Winning Post, seguidamente montó una sala de juegos, con máquinas de poker, en el barrio de negocios de la capital del estado de Victoria. Los beneficios realizados debian ser destinados a la ayuda de los niños en dificultad, los directores de esta empresa "sin fines de lucro" recibieron unos 250 000 dólares australianos cada año.
En el año 2000, el gobierno provincial del estado, fue en la obligación de lanzar una campaña de 1.8 millones de dólares contra el juego, pues un tercio de los jugadores con problemas en Australia son Victorinos. Con esas máquinas de monedas en los barrios la iglesia ingresaba millones, fue tanto que un miembro católico del parlamento provincial de Nueva Gales del Sur, Peter Breen, fue obligado de escribir al papa, en el 2002, estimando inconcevible la estampa de J.P.2 en la entrada del club de Campbeltown, al sur de Sydney, adonde se encontraban docenas de máquinas. La estampa fue retirada pero no fue ese el único problema puesto por Sr Breen.
Indicó igualmente, que no era apropriado que el Campbeltown Catholic Club se preparara a un gasto de 50 millones de dólares para construir un "hotel turístico" cuando en mismo tiempo el "manager general" dijo en un interview, que dicho club había consagrado 7 millones en la financiación de escuelas confesionales durante los treinta años de existencia de dicho club.
La razón profunda del desinterés de los responsables, para la financiación de escuelas católicas, reside en el hecho que las subvenciones para las escuelas confesionales en Australia emanan de sumas pagadas por todos los contribuyentes, independientemente de sus propias convicciones. Esto es el producto de un juicio en el 1981, conocido por el asunto ´"Stade Aid" adonde el tribunal decidió que no existía la separación de la iglesia y el estado, y que el dinero público dado a las escuelas confesionales, lo era a título de enseñanza y no a fines religiosos"; lo que evidentemente es mentira.
A pesar de sus inversiones crecientes en la industria del juego, la iglesia católica no ha vacilado a lanzarse en una discusión ecuménica con otras confesiones tratando este problema. Es por pura hipocresía si las otras religiones, dichas mayores en Australia toleran este estado de hechos, cuando ninguna de ellas dispone de "social club" como la iglesia romana. La verdadera razón de ese silencio reside en el miedo de ver abrirse de nuevo la disputa religiosa que marcó la sociedad hasta los años 59-60.
A modo de conclusión, diremos que estamos largamente en las tinieblas en lo que son exactamente las finanzas del vaticano, incluyendo los juegos, a pesar de obras recientes como la de J. F. Pollard: Money and the rise of the Modern Papacy 1850-1950 (Cambridge 2005). De fragmentos de información ahora disponibles, extraídas de archivos romanos, Pollard revela que el vaticano especulaba sobre los mercados monetarios mundiales en los años 1932, al apogeo de la gran depresión. Esto antes de la entrada en el escenario de Roberto Calvi, banquero del vaticano, intermediario presunto entre la mafia el vaticano y bancos suizos. Esperemos con interés el proceso de los italianos, recientemente detenidos e inculpados de su asesinato en 1982, y esperemos que lleguen vivos al juicio. Como se sabe, Calvi fue encontrado colgado bajo un puente en Londres, con ladrillos en los bolsillos.
Es igualmente la cuestión de graves acusaciones a contra de un rico Mejicano, propietario de "hipódromos y cinédromos" y asociado al cardenal católico Mejicano, Juan Sandoval. El desahogado cardenal es objeto de una investigación, diligentada por las autoridades que lo ha dejado sin voz.
Las declaraciones de su socio fueron publicadas en el "magazine" (Mileno semanal) y reproducidas en (Miami Herald) " La iglesia católica dirige, por el banco del vaticano y via bancos suizos 49 casinos y 16 casinos flotantes en Europa.
Esos rumores son, en todo caso conformes al panorama australiano. Estimo que si las informaciones concerniendo la implicación de la iglesia católica en la industria del juego y otras actividades puestas en plaza pública, el escándalo podría ser de la misma importancia que el de los curas pedófilos.
Es tiempo de arrancar la máscara del vaticano. Es tiempo ya que los que detienen informaciones las pongan a conocimiento de todos.
¿Queda otro Martin Luter por aqui?
por Max Wallace
Cogido de "La Raison" N° 509
(Mensual de los Libres Pensadores.)
de CeNiT nº 979 de 21 de marzo