CeNiT 981: Inquietudes juveniles
Cuando el pedo-psiquiátrico Marcel Rufo le dijo a su hija que los estudiantes debían ante todo pasar sus exámenes y organizar la constitución de una asamblea general, Alicia 25 años, diplomada de ciencias políticas, ha replicado en una carta mordaz, la publicamos seguidamente, con la contestación a la misma por el profesor.
Carta a mi Padre
Marcel Rufo
Tengo miedo que la idea de nombrar una Asamblea general constituyente de la juventud (como en el 1789, se convocó el pueblo para conocer sus quejas) no sea precisamente el signo de un conflicto de generaciones. La juventud no es una clase social, es el porvenir, es decir la única clase generacional que cuenta.
¿Te recuerdas lo que dijo en su tiempo Sieyès? (Político francés 1748-1836):
1. ¿Qué es el tercio estado? (el pueblo N.D.L.R ).
TODO.
2. ¿Qué ha sido de él hasta el presente en la vida política?
NADA.
3. ¿Qué pide?
EL SER OTRA COSA.
¿Qué pide la juventud? El ser otra cosa, de hecho no son nada: “ tienen que estudiar, pasar sus examenes”, me dices. El postulado de tu generación es: “los diplomas, sean cual sean, permiten de avanzar”. Verdad, pero menos que antes, y es aquí adonde está todo el problema.
La generación que dirige actualmente el país emane de un fuerte periodo de crecimiento e hizo sus estudios en ese buen periodo cuando bastaba de trabajar para avanzar. Hoy el trabajo y los estudios ya no son suficientes. Pero lo peor, no es por falta de dinamismo de la economía y el marasmo social, es que frente a estos problemas, nuestra generación no se siente comprendida, y aún menos ayudada.
Es nuevo en la historia de la humanidad, que una generación orgullosa de su éxito se descarte de los problemas de las generaciones que le siguen, soportando que la situación sea peor que la que conocieron ellos.
Sabes que hoy el problema es que los jóvenes no trabajan (como fue vuestro caso) en una perspectiva ascendiente, pero solamente para poder salir de la mala situación, ponerse al abrigo, limitar las dificultades. Es un cambio enorme de época.
Hoy se le pide a un joven, a quién se le deja un sistema educativo lamentable, una deuda pública colosal, retiros halucinantes a pagar, una ausencia total de perspectivas, de coger sobre ellos el coste del ajustamiento social. Es normal que explote esta situación. Flexibilidad del mercado del trabajo para que las empresas contraten más, si, pero con un sistema de formación adecuado y seguro, un ascensor social que arranque de nuevo, una verdadera inversión en la investigación básica, diplomas adaptados al funcionamiento de la sociedad y que no sean más que señuelos.
No pedimos de tener mejor y más, pero por lo menos lo mismo que vuestra generación. Es una novedad para una revolución. ¿Asamblea general, por qué no? Pero si no desemboca en un verdadero diálogo, el ascensor meritocrático republicano terminará transformándose en un avión para los EE UU arriba y un barril de polvora abajo.
Dices que hay que ser lo que se quiere ser, pero ¿cómo? Esta época y este país son tan tristes,
ALICE RUFO
CONTESTACIÓN
DEL PROFESOR
Sí, tienes razon, es terrible para mi generación, hemos promulgado nuestras esperanzas, pero desgraciadamente no las esperanzas para todos. Por lo tanto, discutir, entrecambiar me parece la única manera para salir del conflicto. La palabra lo arregla todo. Y sigo pensando en la importancia de los exámenes, de los diplomas, de las formaciones. El trabajo es una verdadera segunda suerte para construir y conquistar el estimo de si mismo. Trabaja bien y no me consideres demasiado viejo.
Marcel Rufo
Meditaremos en la una y la otra de las dos cartas, pero no obstante se puede considerar que el horizonte para la juventud está muy oscuro.
(Fuente: "L’EXPRESS")
Carta a mi Padre
Marcel Rufo
Tengo miedo que la idea de nombrar una Asamblea general constituyente de la juventud (como en el 1789, se convocó el pueblo para conocer sus quejas) no sea precisamente el signo de un conflicto de generaciones. La juventud no es una clase social, es el porvenir, es decir la única clase generacional que cuenta.
¿Te recuerdas lo que dijo en su tiempo Sieyès? (Político francés 1748-1836):
1. ¿Qué es el tercio estado? (el pueblo N.D.L.R ).
TODO.
2. ¿Qué ha sido de él hasta el presente en la vida política?
NADA.
3. ¿Qué pide?
EL SER OTRA COSA.
¿Qué pide la juventud? El ser otra cosa, de hecho no son nada: “ tienen que estudiar, pasar sus examenes”, me dices. El postulado de tu generación es: “los diplomas, sean cual sean, permiten de avanzar”. Verdad, pero menos que antes, y es aquí adonde está todo el problema.
La generación que dirige actualmente el país emane de un fuerte periodo de crecimiento e hizo sus estudios en ese buen periodo cuando bastaba de trabajar para avanzar. Hoy el trabajo y los estudios ya no son suficientes. Pero lo peor, no es por falta de dinamismo de la economía y el marasmo social, es que frente a estos problemas, nuestra generación no se siente comprendida, y aún menos ayudada.
Es nuevo en la historia de la humanidad, que una generación orgullosa de su éxito se descarte de los problemas de las generaciones que le siguen, soportando que la situación sea peor que la que conocieron ellos.
Sabes que hoy el problema es que los jóvenes no trabajan (como fue vuestro caso) en una perspectiva ascendiente, pero solamente para poder salir de la mala situación, ponerse al abrigo, limitar las dificultades. Es un cambio enorme de época.
Hoy se le pide a un joven, a quién se le deja un sistema educativo lamentable, una deuda pública colosal, retiros halucinantes a pagar, una ausencia total de perspectivas, de coger sobre ellos el coste del ajustamiento social. Es normal que explote esta situación. Flexibilidad del mercado del trabajo para que las empresas contraten más, si, pero con un sistema de formación adecuado y seguro, un ascensor social que arranque de nuevo, una verdadera inversión en la investigación básica, diplomas adaptados al funcionamiento de la sociedad y que no sean más que señuelos.
No pedimos de tener mejor y más, pero por lo menos lo mismo que vuestra generación. Es una novedad para una revolución. ¿Asamblea general, por qué no? Pero si no desemboca en un verdadero diálogo, el ascensor meritocrático republicano terminará transformándose en un avión para los EE UU arriba y un barril de polvora abajo.
Dices que hay que ser lo que se quiere ser, pero ¿cómo? Esta época y este país son tan tristes,
ALICE RUFO
CONTESTACIÓN
DEL PROFESOR
Sí, tienes razon, es terrible para mi generación, hemos promulgado nuestras esperanzas, pero desgraciadamente no las esperanzas para todos. Por lo tanto, discutir, entrecambiar me parece la única manera para salir del conflicto. La palabra lo arregla todo. Y sigo pensando en la importancia de los exámenes, de los diplomas, de las formaciones. El trabajo es una verdadera segunda suerte para construir y conquistar el estimo de si mismo. Trabaja bien y no me consideres demasiado viejo.
Marcel Rufo
Meditaremos en la una y la otra de las dos cartas, pero no obstante se puede considerar que el horizonte para la juventud está muy oscuro.
(Fuente: "L’EXPRESS")
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