CENIT portavoz de la regional exterior de la cnt-ait

"SI CADA REFUGIADO ESPAÑOL NARRASE SIMPLEMENTE LO QUE HA VIVIDO, SE LEVANTARÍA EL MÁS EXTRAORDINARIO Y CONMOVEDOR DE LOS MONUMENTOS HUMANOS" FEDERICA MONTSENY, 1978

09 octubre, 2006

La autogestión y el anarcosindicalismo

Frank Mintz
El anarcosindicalismo apareció teorizado en Rusia en 1907 y se propagó luego como práctica inspirada en el sindicalismo revolucionario francés - acción directa, saboteo (denuncia pública de los chanchullos patronales sobre la calidad de la producción). Pero en Francia, el sindicalismo revolucionario predicó una central sindical única, y terminó en luchas internas entre reformistas puros, sindicalistas anclados en un partido político en la cúpula.
La creación de la CNT siguió otra singladura al declararse libertaria, dejando así las discrepancias. La acción directa en el marco implacable de la explotación patronal entrañó un auge de la Confederación que en menos de diez años superó con creces a UGT.
La España revolucionaria representó el inmenso anhelo de cambio social de los trabajadores de los 1930 reflejado en sus obras, más allá de las etiquetas. Y nos interesa comprender cómo los trabajadores llegaron a convencerse de que podían acometer una transformación social. * * * ¡70 años después de 1936, ni la UGT y el PSOE, ni el PC, (con la excepción de Wilebaldo Solano del ex POUM) se refieren a sus colectividades y cooperativas que negaban el capitalismo!
La II república fue una evidente manipulación monárquica para que que las izquierdas se desprestigiaran en el poder - secuelas de 1929 - y volviera así la derecha por las urnas. Los generales Mola y Sanjurjo, etc., aceptaron el nuevo régimen y lo derribaron luego a los 5 años, porque se les hundía el plan legal. Pero los trabajadores tuvieron la ilusión - el ideal y la visión ficticia - de un cambio social inmediato. Se multiplicaron las ocupaciones de tierras en 1931, las represiones, brotó espontáneamente el comunismo libertario en la cuenca minera de Berga y Figols en 1932.
El comunismo libertario (para distinguirlo del comunismo en la URSS) era una aspiración de la CNT que dos compañeros sintetizaron para la realidad del momento.
En 1932 Horacio Prieto en Anarco-Sindicalismo. Cómo afianzaremos la revolución escribió “ tan pronto como el sistema autoritario es liquidado totalmente, en cuanto la huelga revolucionaria carezca de objetivo, todos los productores en general deben reintegrarse a sus puestos de trabajo y reconstituir así la situación prerrevolucionaria hasta que las estadísticas, el examen sereno de las circunstancias, establezcan normas factibles ”
Obviamente, se niega la creatividad para congelar el proceso revolucionario hasta que el Comité Nacional de la CNT decrete el cambio social. Nada de este enfoque está en Isaac Puente cuando en 1933 propone en El Comunismo Libertario :
“El Comunismo Libertario es la organización de la Sociedad sin Estado y sin propiedad particular. [...] Los núcleos de organización, alrededor de los cuales se organizará la vida económica futura, están ya presentes en la sociedad actual: son el Sindicato y el Municipio libre. [...] toman posesión colectiva o común de todo lo que hoy es de propiedad particular y regulan en cada localidad la producción y el consumo, es decir, la vida económica. [...] Viviendo en comunismo libertario será como aprenderemos a vivirlo.”
La CNT siguió este esquema horizontal en su congreso de mayo de 1936, con propuestas como “el amor libre”, “una buena educación sexual”, una nueva pedagogía, la abolición de sanciones y recompensas.
En 1933 CNT lanzó dos insurrecciones para aplicar el comunismo libertario, en ambos casos torpemente organizadas, con gran entrega local de los trabajadores en Andalucía y Levante, y luego en Aragón. Casas Viejas quedó como el símbolo de la represión republicana, con Azaña, anti libertario terco. Y en 1934, el PSOE y la UGT lanzaron en Asturias un movimiento (con una alianza local CNT-UGT) para impedir la formación de un gobierno de derecha. Éste se formó a pesar del desafío y respondió por la fuerza : artillería y ejército de Africa, como año y medio más tarde.
En Asturias la insurrección duró quince días y demostró rasgos del comunismo libertario : espontaneísmo y creatividad de los trabajadores, moneda sustituida por vales sindicales, comedores gratuitos, ocupación de los lugares de trabajo, con unidad en la base : UHP, Unión de Hermanos Proletarios, cuyo sentido era todos unidos por la revolución, más allá de las etiquetas y siglas de sindicatos y partidos. * * * Y en 1936 en las zonas en que el golpe de estado militar fue vencido hubo una toma de consciencia del cambio social. Se materializó en Cataluña y Aragón, en Levante y Andalucía, luego en Asturias. Paulatinamente fue avanzando en Castilla.
Para determinar si fue espontánea la autogestión, es preciso fijarse en la cronología y en las similitudes organizaciones. Muchas coincidencias significan una imposición (como en la URSS).
En la España revolucionaria de 1936, para Barcelona, en varios casos las empresas estaban en la misma calle, tres en Pedro IV que se incautaron el 27 de julio, CNT; el l de septiembre, CNT-UGT; el 15 de septiembre, sin siglas. Mismo fenómeno para 4 casos de la calle de "Corts" : 28 de agosto, CNT, agosto, UGT, 10 de septiembre, CNT-UGT y 28 de septiembre, CNT-UGT. Por tanto los trabajadores esperaban o veían cómo era el ejemplo de sus compañeros, para ver las ventajas.
No se limitaba la autogestión a administrar empresas capitalistas. En Cataluña existían tres compañías de ferrocarriles: la red Madrid-Zaragoza-Alicante (MZA), la red del Norte y los ferrocarriles catalanes; los tranvías de Barcelona también eran divididos. En ambos casos, hubo que reorganizar los turnos, rehacer los horarios, controlar y adecuar las diferencias técnicas de materiales y piezas. Se instauró una nivelación de los salarios, se redujeron las horas para dar trabajo a los parados, se otorgaron pensiones a los jubilados.
La inventiva constante fue necesaria y abarcó no sólo una nueva escala de sueldos, sino medidas no previstas en el comunismo libertario. Primero, el retiro a los 60 años (un absurdo económico en una empresa capitalista que empieza a funcionar y no tiene capital de reserva) previsto en el congreso de 1936, pero no con el comunismo libertario. Luego hubo mejoras en el lugar de trabajo, aplicaciones de medidas culturales (creacion de biblioteca, de escuelas) y la práctica de la solidaridad (envio y mantenimientos de voluntarios en las milicias; ayudas para el frente; acogimiento de refugiados de las zonas ocupadas por los facciosos (la palabra “franquista” aparece más tarde). Las propuestas muy ideológicas (el amor libre, educación sexual, pedagogía, ni sanciones ni recompensas) no pasaron de casos aislados.
Para mí, la medida más impresionante de innovación y eficacia económicas y sindicales fue la obra conjunta de CNT y UGT en Levante : el CLUEA (Comité Levantino Unificado de Exportaciones de Agrios). Tampoco era una copia del sistema capitalista : había quedado roto por la desaparición del mercado alemán (Hitler mandó decenas de miles de “voluntarios”, Mussolini más de 100.000 que formaron la aviación, la artillería y los tanques de los “facciosos”). El CLUEA de CNT-UGT tuvo que encontrar en pocas semanas nuevos mercados (como Suecia a través de la SAC anarcosindicalista) para vender, por primera y útima vez de modo unitario, los agrios españoles al mejor precio. Pero lo económico no borra la profunda huella de haber acabado con relaciones de tipo capitalista : “ Tal como me ves, tullido y todo, no habría podido vivir, si no hubiera tenido este sentimiento de superación.” (un colectivista campesino en Madrid en 1972).
Eso, sin olvidar abusos que fueron minoritarios en relación con los avances. “[en Binéfar] durante el período de las colectividades [...] hubo algunas imposiciones de tipo autoritario de la parte nuestra y cuando pasaron las fuerzas comunistas de Cataluña, [...] fueron echados. [...] y se refugiaron en Barbastro. Los tuvimos que tener escondidos porque los buscaban para ... y eran de la CNT también.” (un colectivista aragonés). De hecho, los trabajadores de los medios de producción pasaron al frente. Fue la autogestión en gran parte la obra de mujeres, jóvenes y ancianos.
Simultáneamente, la cúpula cenetista aplicó la visión de Horacio Prieto del comunismo libertario, o sea un dirigismo desde arriba, un plan político impuesto a la militancia para limitar la autogestión a cambio de acuerdos con la burguesía republicana para recabar y conseguir armamento.
Encomiable decision si fuera con aliados responsables. Pero los experimentos previos de doble poder de los años 1920 fueron fracasos en Italia, Alemania y la URSS. La indecisión de la izquierda trajo a Mussolini, las ametralladoras de los socialistas despejaron el camino a Hitler y el ejército rojo acabó con los soviets libres.
Es indudable que la crítica abierta a la cúpula cenetista pareció limitarse a expresiones minoritarias. La continuación de la obra colectiva, tras la intervención del general comunista Líster, demuestra que la creencia en la alianza con sectores burgueses era vista como imposible. La UGT (dividida entre afiliados de antes de julio y afiliados posteriores pro PC), se incorporó totalmente en Levante en la autogestión. El ugetista Pedro García García no veía diferencia entre las colectividades CNT y UGT y era partidario de la unificación. Frente a cúpulas cultivando las dejaciones, la autogestión significó la defensa del 19 de julio contra el golpe de estado y la explotación social capitalista y cultural oscurantista católica.
Hoy en día, otros trabajadores cortan rutas para exigir ayudas de superviviencia, crean comedores, recuperan fábricas en Argentina, luchan por sus tradiciones en Bolivia. Por supuesto ignoran en su inmensa mayoría el proceso revolucionario en la España de 1936-1939. Y es lógico si para la mayoría de los periodistas e historiadores oficiales - retribuidos por capitalistas o partidos comunistas, Moscú ayer, Pekín hoy - no pueden propagar y alabar periodos históricos en que millones de habitantes se organizaron desde la base y sin cúpulas, sin partidos ni dirigentes ver ticalistas.