CENIT: Final de trayecto

por Miguel GRAU

Donde llega la muerte

Hoy dedicaremos este artículo a aquel filosofo alemán, que huyendo del nazismo hitleriano llegó al final de su trayecto: a donde le esperaba la muerte, un caso parecido a nuestro escritor y poeta Antonio Machado.
Todos los hombres de buena voluntad y que hacen sus obras en bien de la humanidad son dignos de señalar. He leído un libro donde se expone toda una vida, la de este filosofo alemán, que no es otro que Walter Benjamin.
Walter Benjamin vino al mundo en Berlín en el año 1892. Hijo de una familia judía, amparado en el ambiente de la burguesía del oeste de Berlín, creció con el convencimiento de que los pobres eran los maltratados y los mendigos en la sociedad, en que se vivía, hasta que un día se lo reveló fuerte y de alguna forma, que el trabajo del obrero era mal pagado, como así lo describe en su libro de infancia. No podemos citar en un artículo todos los pasos de Walter Benjamin en su huida de Alemania hacia Francia, y luego para llegar a la raya fronteriza de Francia y España.
Benjamin, entre 1929 y 1933 escribió varios manuscritos, todos bajo el punto de vista humano: estos textos tratan con diferentes temas históricos de la cultura, como bien lo dicen sus amigos en el libro. Benjamin en Alemania ya se sentía perseguido por los hitlerianos y emigró a París, donde se sentía exilado. Y había publicado alguna revista cultural con otros emigrados, pero al estallar la guerra, se modificó la vida de los exilados alemanes; la situación se volvió más tensa con la afluencia de más fugitivos. En aquel momento Benjamin ya no era ciudadano alemán, puesto que había sido condenado a la pérdida de la nacionalidad alemana el 4 de Julio 1939; fue considerado como apatrida, pero esto no le cambió nada.
Después de la declaración de la guerra el gobierno Daladier dispuso el internamiento de todos los emigrantes alemanes, y Benjamin fue internado al campo de los extranjeros del "Stade Olympique Yves Manoir" en Colombes, sin una cama, sin techo para dormir, sin higiene personal y con mucha hambre. Después de varias semanas en el estadio de Colombes los emigrados alemanes, entre ellos Benjamin, fueron enviados por ferrocarril a diferentes lugares de Francia. En este momento Benjamin estaba ya seriosamente enfermo del corazón, y por este motivo se libró del internamiento del Campo de Vernet y fue trasladado al Château de Vermuche, de aquí con la ayuda de sus amigos escritores pudo regresar a París y conseguir un visado no completo para la salida de Francia. Pero en 1940 la situación se empeoró para los emigrados alemanes, cuando el ejército nazi arrolló a la armada francesa, dividiendo Francia en una zona ocupada al norte, y una zona libre en el sud, hasta que llegó la capitulación con el armisticio el 22 de junio 1940, formando el gobierno de Vichy. A los judíos los hicieron llevar el distintivo de la estrella en la cual Benjamin abandona París con el movimiento de huída, llegó a Lourdes donde encuentra su hermana Dora, que había estado internada en el campo de mujeres de Gurs. Benjamin con su visado no completo pudo viajar a Marseille…
Entre tanto, con la política de Vichy bajo Pétain y Laval se hacía la vida de los judíos más insegura; Benjamin salió de Marseille en compañía de Henny y de Joseph Gurland por ferrocarril con Lisa Finke, persona de digna confianza y previsto con un mapa que les proporcionó el alcalde de Banyuls-sur -Mer: Benjamin creyó que podría llegar con éxito el fatigoso camino a través de las montañas, tras hacer una noche en plena montaña para calmar la fatiga y no hacer empeorar su salud alcanzó Portbou el 26 de septiembre a las 7 de la mañana. Igual que otros fugitivos que habían salido antes que él, la huída a través de la montaña le fue fatal, puesto que murió 24 horas después de su llegada, donde fue el final de su trayecto el 27 de setiembre: en una habitación de un hotel en Portbou.
Hay varias versiones de su muerte tan precipitada. Lo que todos dicen, es que Benjamin llevaba una cartera de cuero con un poco de dinero, objetos personales, cartas, revistas y otros papeles con sus manuscritos, que nunca han sido encontrados.