Anarcosindicalismo, sindicalismo revolucionario: contrapoder existente

La maxima del anarcosindicalismo y sindicalismo revolucionario es: "No dejes que nadie decida por tí", dirigiéndose a los trabajadores, a los que producen las riquezas en todo el planeta. Lema que dejaron bien sentada nuestros abuelos internacionalistas, y eso en nombre de la constituida ASOCIACIÓN INTERNACIONAL DE LOS TRABAJADORES (AIT) desde ya el siglo XIX.
Y con esas estamos empezando el XXI siglo. Hace unos días en una entrevista televisiva vi y oí al que fue consejero del presidente Mitterand, Attali, hablando de Karl Marx, afirmando que él -Marx- fue uno de los precursores de la "mundialización"… Yo por lo menos no pude comprender otra razón y dicha por Attali, de la que estamos viviendo, la que ha establecido el sistema capitalista (neo)liberal que estamos viviendo; y como Poder no puede ser otra, puesto que no se comprendería aquella controversia entre Marx y Bakunin, dejando bien sentado el primero que se imponía una clase superior y dominante; del segundo que podemos traducirla en la frase: "Los mismos perros con diferentes collares": Los trabajadores continuarán siendo los esclavos de los potentados. Lo sabe muy bien Attali, inmerso en el proceder de la mundialización, "producir para vender" y no para beneficio y sustento de la humanidad.
Si existen dudas, veamos por ejemplo algunas demostraciones que se suceden en todos los países del planeta, en particular donde al parecer por lo menos de ello se elardeaban, donde las ideas marxistas se aplicaron y siguen con ellas. Hoy quienes disponen de todos los poderes, tanto políticos como económicos o sus perros de guardia de los potentados de la mundialización: aquellos tecno-burócratas del régimen llamado comunista, con su capitalismo de Estado, que nos demostró y se sigue con ello donde aún existen competente y sobresaliente con el Capitalismo llamado (neo)liberal. Ejemplo: la China de hoy la cuarta potencia económica mundial… y su pueblo, ¿cómo vive?
Otros recursos existieron y continuan existiendo. El capitalismo usa de todas sus artimañas por el dominio y para su poder, se establece una realidad para crear una ilusión perdida. Así vemos que en la Unión Europea varios de los grandes funcionarios vienen del campo socialista, y su actual jefe y defensor de la directiva Bolkestein -¡un maoista en su tiempo!- el portugués Barroso, que hace unos días en plena asamblea de diputados francesa, respondiendo a los representantes de izquierda que denunciaron dicha directiva y los nuevos contratos de trabajo en perspectiva, se expresó con la frase siguiente: "No debemos atentar con los procederes de las empresas, puesto son ellas que resuelven el problema del paro…"
¡Todos los poderes, social y económicos, a disposición del capitalismo! En lo social han cuidado muy bien de dividir a los trabajadores sindicalistas con etiquetas políticas; el paro consentido desde la década de los setenta del pasado siglo XX les dío para larga vida y para que las nuevas generaciones no les causen los duros trastornos que les crearon nuestros padres y abuelos, haciéndoles frente y consiguiendo reformas que desgraciadamente se van perdiendo, queriendo imponer nuevos contratos de trabajo para dar fin a las protestas, huelgas revolucionarias, revueltas en el mundo del trabajo, que permanezca la sumisión a las órdenes de la patronal, sino la puerta y al paro. En lo político, ninguno de los que así se hacen llamar con la burla del sufragio universal (visto bueno de decisión), todos pretenden el poder con ese YO propio como pretendidos dioses de las edades prehistóricas; soy yo el todopoderoso, y así nos luce el pelo. Unos y otros, patronal y políticos, cuidan bien para que no renazca el anarcosindicalismo y sindicalismo revolucionario de nuestra AIT, para que no tome cuerpo. Habrá que recordar en las primeras semanas del triunfo del pueblo, con la CNT-FAI en cabeza, en el julio 1936 en Barcelona, cuando la red de comunicaciones, "La Telefónica", propiedad de empresas británico-canadienses, fue incautada, dirigida y administrada por sus propios trabajadores. Al comité de empresa les llegó la visita de Mister Eden, entonces plenipotenciario del Foreign Office, reclamando que la empresa no era de los trabajadores, sino que tenía su propietario que él representaba. La respuesta que tuvo: Ayer lo era, hoy es de quienes la trabajan, y punto. Ejemplo que debieran haberse difundido dentro de las organizaciones sindicales, y ya no sería posible alguna deslocalización, entre otros.
La virtud del anarcosindicalismo, del sindicalismo revolucionario, que en nombre de la AIT empezó ya en el siglo XIX, (y desgraciadamente el mayor destructor que le dió fin para varias décadas hasta 1922 fue precisamente Karl Marx). Otra de las máximas de la AIT es: "La emancipación de los trabajadores debe salir de ellos mismos." Son quienes en teoría y en práctica la acción directa les anima en cualquier de los problemas que se presentan, y de ello nosotros estamos convendidos: Que aquellas ideas que sustentamos son el contrapoder en la sociedad podrida que se nos impone.

Pedro Peralta

De CeNiT nº 977 de 22 de febrero