CENIT portavoz de la regional exterior de la cnt-ait

"SI CADA REFUGIADO ESPAÑOL NARRASE SIMPLEMENTE LO QUE HA VIVIDO, SE LEVANTARÍA EL MÁS EXTRAORDINARIO Y CONMOVEDOR DE LOS MONUMENTOS HUMANOS" FEDERICA MONTSENY, 1978

11 diciembre, 2006

CENIT 995: Fábula


EL TIBURÓN Y EL COCHINO ALEGRE

Un día un tiburón, cansado de un descanso insoportable para los escualos, fue a encontrar el Cerdo alegre, maestro en materias fecales.
¡Salud a tí, gorino de famoso morro aplastado, tú quien nadie iguala para fecundar estiercol!
Salud a ti bocaza, cual dentadura podría cortar un hombre en dos.
Manera en una mancomunidad única, a esas dos mitad de orgullo monstruoso, de sellar entre ellos el pacto del agua fangosa y del estiercol cínico.
Unir en un mismo destino dos panzas ávidas de pasto, es un milagro tal, que hasta confundir la naturaleza los magos, los santos y los sabios.
¿Que le puedes a eso, política, en un mundo donde por tí todo está podrido? ¿No es tu juego favorito el hacer real lo que es quimérico?
Nos devoran, siendo el uno con el otro bien aparejados, dotados que están para comprenderse, de un orgullo inmenso, dispuestos sin más esperar de confrontar sus apetitos.
El plato que le sirvieron era un ortelano, manjar relleno y gratinado de estar bien asado.
¿Ortelano? dice el tiburón, esto rima con gitano. ¡No! dice el cochino, quien era más erudito, por ser tan gordo y grasiento más bien sería ricachón, sin rima pero con ajo.
Comieron hasta el extremo de ese plato dudoso, tanto y tanto hasta llegar al orgía: Comunión de dos cuerpos, propicios al excremento.
—¡A tu salud Tiburón! – ¡Cerdo, le brindo a tu barriga! No hay otro altar que nuestra panza llena.
Levantarse entonces una voz formidable y cavernosa, dejándoles espantados, la garganta apretada, y la frente sudosa:
Señores, salen ustedes de un dramático placer, están ustedes los dos envenenados, porque lo que importa sobre esta tierra, no es lo que bien se come, pero lo que bien se digiere.

M. R.