Analogías
Los Pirineos no impiden que de un lado como del otro se apliquen medidas muy parecidas y a veces idénticas. No tendría que ser así, ya que en la parte sur hay un gobierno socialista y en el norte uno liberal. En España como en Francia podemos comprobar una crisis creciente de las condiciones sociales. En algunas regiones el paro forzoso sobrepasa el 20%. La precariedad de empleos permite a los patronos españoles de hacer firmar, en muchos casos, una carta de despido voluntario sin fecha para evitar así las protestas y no tener que pagar derechos reconocidos a los trabajadores: O te juegas la vida cada día por falta de medidas de seguridad, o te vas directo a la calle…
En Francia el gobierno quiere imponer el Contrato de Primer Empleo, que con nombre diferente al final llega al mismo resultado. Los dos sistemas permiten al patron echar a la calle sin ningún recurso al candidato joven o más anciano, que se dejara embarcar en estas maniobras inicuas. Estos métodos son comparables a los del siglo diecinueve. Vivimos en el dosmilseis, y poco a poco llegaremos a las condiciones del patron de ordeno y mando (de derecho divino incluso). La burguesía nunca tiene suficientes beneficios y pretende recuperar lo que se ha visto obligada a conceder a los trabajadores a base de luchas continuas.
En el plan educativo podemos hacer la misma comparación. La escuela pública francesa es deficitaria en profesores y personal de sostén y vigilancia, y tiene dificultades para reemplazar un educador enfermo. Con el fin de suplir las deficiencias, serán obligados los profesores presentes a reemplazarlo, aunque el curso no corresponda a la materia de la cual es titular. Por otro lado vemos que las escuelas privadas de cariz religioso tienen todos estos inconvenientes resueltos. Perciben subvenciones del Estado, y además hacen pagar las admisiones.
Bajo el título "¿Vuelven las dos Españas?", la Federación Enseñanza de C.N.T. relata en un largo artículo la situación que soportan los profesores y personal docente, que podemos comparar a la que viven sus colegas franceses, pero de manera superlativa y más cruda. Dicen en subtítulo: Queremos una enseñanza racional y por lo tanto láica. Por eso mismo seguimos oponiéndonos a que los centros educativos públicos continuen sirviendo de altavoz y soporte a una propaganda religiosa.
Para mí es inconcebible que las ecuelas públicas tengan que entretener los alumnos en el estudio de las religiones. El que tenga atracción por una u otra religión, la escogera, la estudiara, la practicara libremente, pero fuera de los centros educativos láicos. ¡En tiempos de profundos cambios, como los que se están viviendo en España, la promoción de dos redes educativas tan diversas solo sirve para ahondar las diferencias sociales y marcar distancias!
En Francia la escuela pública es gratuita y obligatoria según la ley, pero ella encuentra dificultades, que las escuelas privadas tienen resueltas. Las clases cuentan menos alumnos, y el profesorado está asegurado y competente. Teniendo en cuenta que los padres tienen que pagar, eso provoca desigualdad y acrecenta la diferencia de clases.
Si queremos que la palabra IGUALDAD no sea vacía de sentido, hay que poner tope a la discriminación empezando en las escuelas. Más tarde habrá que oponerse a las jerarquías que provocan enfrentamientos entre los hombres. Puesto que todos nacemos desnudos, todos deberíamos poder beneficiar de las mismas condiciones de vida.
Otro problema común a los dos países vecinos es el de los nacionalismos. En Francia periódicamente explotan artefactos en Corcega. También en varias ocasiones el nacionalismo "breton" se ha manifestado con los mismos métodos. En el país vasco francés existen elementos favorables al separatismo, o por lo menos a una autonomía. En España las autonomías están reconocidas y legalizadas. En cuanto al separatismo nacionalista, ahí es donde tanto gallegos, vascos, andaluces, valencianos y -sobre todo- catalanes encuentran una firme oposición del Estado. Yo no creo que sea una solución viable la separación de las regiones con una finalidad de llegar a la creación de instituciones idénticas a las que son propias de un gobierno central. Nuestra finalidad es de hermanar los diferentes pueblos eliminando los resquemores y también la creación de comunidades. Todos los nacionalismos tendrían que ser suplantados por un federalismo sin fronteras. En lo que concierne a España, los precursores del regionalismo separatista tendrían que tener en cuenta la solución preconizada por Felipe Alaiz en su libro "Hacia una federación de autonomías ibéricas".
Nos dice Moncho Alpuente en "CNT": El nacionalismo es siempre de derechas, aunque sean comprensibles las dudas en determinadas coyunturas, cuando un supranacionalismo autoritario -vease el de Franco- somete y anula hasta la última seña de identidad de una comunidad.
Lo que es necesario es el respeto de la persona humana moral y materialmente, rechazando las diferencias de origen.
En Francia el gobierno quiere imponer el Contrato de Primer Empleo, que con nombre diferente al final llega al mismo resultado. Los dos sistemas permiten al patron echar a la calle sin ningún recurso al candidato joven o más anciano, que se dejara embarcar en estas maniobras inicuas. Estos métodos son comparables a los del siglo diecinueve. Vivimos en el dosmilseis, y poco a poco llegaremos a las condiciones del patron de ordeno y mando (de derecho divino incluso). La burguesía nunca tiene suficientes beneficios y pretende recuperar lo que se ha visto obligada a conceder a los trabajadores a base de luchas continuas.
En el plan educativo podemos hacer la misma comparación. La escuela pública francesa es deficitaria en profesores y personal de sostén y vigilancia, y tiene dificultades para reemplazar un educador enfermo. Con el fin de suplir las deficiencias, serán obligados los profesores presentes a reemplazarlo, aunque el curso no corresponda a la materia de la cual es titular. Por otro lado vemos que las escuelas privadas de cariz religioso tienen todos estos inconvenientes resueltos. Perciben subvenciones del Estado, y además hacen pagar las admisiones.
Bajo el título "¿Vuelven las dos Españas?", la Federación Enseñanza de C.N.T. relata en un largo artículo la situación que soportan los profesores y personal docente, que podemos comparar a la que viven sus colegas franceses, pero de manera superlativa y más cruda. Dicen en subtítulo: Queremos una enseñanza racional y por lo tanto láica. Por eso mismo seguimos oponiéndonos a que los centros educativos públicos continuen sirviendo de altavoz y soporte a una propaganda religiosa.
Para mí es inconcebible que las ecuelas públicas tengan que entretener los alumnos en el estudio de las religiones. El que tenga atracción por una u otra religión, la escogera, la estudiara, la practicara libremente, pero fuera de los centros educativos láicos. ¡En tiempos de profundos cambios, como los que se están viviendo en España, la promoción de dos redes educativas tan diversas solo sirve para ahondar las diferencias sociales y marcar distancias!
En Francia la escuela pública es gratuita y obligatoria según la ley, pero ella encuentra dificultades, que las escuelas privadas tienen resueltas. Las clases cuentan menos alumnos, y el profesorado está asegurado y competente. Teniendo en cuenta que los padres tienen que pagar, eso provoca desigualdad y acrecenta la diferencia de clases.
Si queremos que la palabra IGUALDAD no sea vacía de sentido, hay que poner tope a la discriminación empezando en las escuelas. Más tarde habrá que oponerse a las jerarquías que provocan enfrentamientos entre los hombres. Puesto que todos nacemos desnudos, todos deberíamos poder beneficiar de las mismas condiciones de vida.
Otro problema común a los dos países vecinos es el de los nacionalismos. En Francia periódicamente explotan artefactos en Corcega. También en varias ocasiones el nacionalismo "breton" se ha manifestado con los mismos métodos. En el país vasco francés existen elementos favorables al separatismo, o por lo menos a una autonomía. En España las autonomías están reconocidas y legalizadas. En cuanto al separatismo nacionalista, ahí es donde tanto gallegos, vascos, andaluces, valencianos y -sobre todo- catalanes encuentran una firme oposición del Estado. Yo no creo que sea una solución viable la separación de las regiones con una finalidad de llegar a la creación de instituciones idénticas a las que son propias de un gobierno central. Nuestra finalidad es de hermanar los diferentes pueblos eliminando los resquemores y también la creación de comunidades. Todos los nacionalismos tendrían que ser suplantados por un federalismo sin fronteras. En lo que concierne a España, los precursores del regionalismo separatista tendrían que tener en cuenta la solución preconizada por Felipe Alaiz en su libro "Hacia una federación de autonomías ibéricas".
Nos dice Moncho Alpuente en "CNT": El nacionalismo es siempre de derechas, aunque sean comprensibles las dudas en determinadas coyunturas, cuando un supranacionalismo autoritario -vease el de Franco- somete y anula hasta la última seña de identidad de una comunidad.
Lo que es necesario es el respeto de la persona humana moral y materialmente, rechazando las diferencias de origen.
Valentín Montané
De CeNiT nº 977 de 22 de febrero
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