CENIT portavoz de la regional exterior de la cnt-ait

"SI CADA REFUGIADO ESPAÑOL NARRASE SIMPLEMENTE LO QUE HA VIVIDO, SE LEVANTARÍA EL MÁS EXTRAORDINARIO Y CONMOVEDOR DE LOS MONUMENTOS HUMANOS" FEDERICA MONTSENY, 1978

17 junio, 2006

CeNiT nº 982 y 983: Teresinka Pereira


QUEJIDOS DEL EMIGRANTE

Teníamos miedo de nuestro hablar,
Teníamos miedo de nuestros gestos,
Teníamos miedo de nuestro mundo.
Teníamos miedo;
De los puertos que respiran la miseria,
De los puertos que gritan a la guerra,
De los puertos que no son puertos.
De los barcos que jamás salen,
De los barcos que jamás llegan,
De los que jamás se atracan al muelle.
Teníamos miedo;
De nuestras manos suderosas,
De nuestro agrio sudor frío,
Del miedo de nuestro miedo.
De los sótanos sin sol,
De los graneros sin luz,
De las casas sin paredes.
Teníamos miedo;
De las ruinas que se caen,
De los caminos que se hunden,
De los cantos que se callan a la vez,
De nuestra hambre, de nuestra sed,
De nuestra larga y dura marcha,
De la metralla que nos mata,
De las aceras que se tiñen de sangre,
De las bocas que escupen el odio,
Teníamos miedo;
De nuestra incertitud presente,
De nuestra locura pasada,
De nuestra valentía admirable.
Y nos da miedo,
Nuestro viejo país que ya no existe,
Esa tierra erial, sin labrador ni segador,
De esas casas perdidas en los vientos.
Pero no tenemos miedo y somos orgullosos,
De nuestros recuerdos valiosos,
De nuestros envidiables futuros,
De los deseos que llevamos.
Oh! Libertad, ¿por qué no existes?

ANNE HONYMO

LA JUVENTUD

A la amiga
Ilma Fontes

No, no voy a llorar
por la juventud perdida
porque ella está aquí
dentro de mis ojos,
está en la carne de mis hijos
y en el ideal de cada uno de ellos.

La juventud, al contrario
de estar perdida,
sigue sobreviviendo
cada vez que se juntan
coraje para decir la verdad
y fuerzas para levantarse
en medio de la noche
y escribir un poema de amor,
o para decir a un compañero
en la lucha, sobre una idea
que enloquecida hierve la sangre
y declara que es posible
ser un hombre nuevo,
una mujer liberada,
un niño sin miedo,
soñando con el porvenir.


EL DERECHO DE SER MUJER
No es una buena hora para gritar contra la administración de Irán. Este país está actualmente acosado por todos los lados, principalmente por EE. UU., Israel y otros países super-poderes capitalistas y cazadores de petróleo. Irán está al borde de la invasión de los aliados -por el petróleo- pero sigue con su arrogancia de poder atómico-musulmán. Es un país devotado al machismo a la primera esencia política. Me da pena de fomentar este período de pre-invasión "democrática" por EE. UU. Tengo que poner la palabra "democrática" entre comillas porque en realidad no creo que un país como EE. UU., que prende, tortura y expulsa a los trabajadores inmigrantes, sea democrático. Tampoco en EE. UU. hay libertad femenina, de decidir su propio destino, como la que deseamos para las mujeres de Irán.
Sin embargo hay que decir lo que pasa en Irán con respecto a la violación de todos los derechos de las mujeres, hay que denunciar las torturas, la discriminación, la total falta de libertad de decidir por su propio destino. La suerte de las mujeres iraníes está totalmente entregada a la mala gana de los machistas musulmanes.
Las denuncias de la organización Amnistía Internacional llegan casi que diariamente con nombres de mujeres que sufren calumnias y torturas por la terrible ley "Sharía". Hoy he recibido una carta de "Acción Urgente" que me dejó ate-rrorizada. El caso de una muchacha de 20 años de edad, llamada Leyla Mafí. Es un caso ya considerado resuelto por "AI", porque después de las miles cartas de los miembros de esta organización que trabaja por los derechos de los prisioneros de conciencia, la Suprema Corte de Arak está de acuerdo en hacer nuevo juzgamiento y disminuir la sentencia de Leyla Mafí. La primera sentencia fue paliza (99 latigazos) y enseguida, la muerte.
La historia de Leyla Mafí es la siguiente: a los ocho años de edad, cuando todavía era una niña, fue violada por un familiar. Después de eso, aunque su madre lo supiera, la dejó sola y fue violada por varios otros hombres de la familia. Leyla Mafí fue clasificada por la asistencia social como retardada mental, pero no lo dieron ninguna ayuda, ni tampoco esto sirvió para minorar su situación de criminal ante la ley Sharía. La familia fue presionada a echarla de la casa y Leyla tuvo que vivir en la calle y dedicarse a la prostitución para no morir de hambre. Uno de los hombres de la familia que la había violado en casa, la violó otra vez, en la calle, y ella quedó embarazada. Tuvo un hijo, el cual nació como producto de una relación incestuosa.
Después de haber sufrido todas estas tragedias y torturas, el gobierno musulmán la acusa y la castiga. La Ley Sharía la condena por tener relaciones sexuales incestuosas, por prostitución y por tener un hijo ilegítimo, y ella ni lo sabe ni tiene -según la Ley Sharía- el derecho de defenderse.
Después de intenso trabajo compasivo de los escritores de "AI", la Suprema Corte de Irán retiró la sentencia de muerte, pero mantuvo la de las palizas, prisión por más de tres años y después a un campo de rehabilitación. Y no hay nada más que podamos hacer para defender las muchachas iraníes de las injustas leyes religiosas de su país.
De todas maneras todavía pensamos que en la guerra se sufre más, principalmente las mujeres y las criaturas, y por esta y las razones de la injusticia total que podría sufrir el pueblo de Irán, estamos contra la invasión y la guerra. Hay que haber otra manera de liberación. Tal vez por la educación de la mujer y del hombre a un nivel más humanístico.
Teresinka Pereira