CENIT portavoz de la regional exterior de la cnt-ait

"SI CADA REFUGIADO ESPAÑOL NARRASE SIMPLEMENTE LO QUE HA VIVIDO, SE LEVANTARÍA EL MÁS EXTRAORDINARIO Y CONMOVEDOR DE LOS MONUMENTOS HUMANOS" FEDERICA MONTSENY, 1978

25 septiembre, 2006

CeNiT 989: Sin poesía (La vida de mayor)


por Teresinka PEREIRA

Hoy es mi cumpleaños. He tenido que aguantar las celebraciones de los amigos y de los hijos, pero de verdad, me hacía falta estar sola en mi habitación para pensar y disfrutar de mi libertad. Finalmente es tarde y me han dejado tranquila. Pensé, y decidí poner mis pensamientos memoriosos, y lo que creo que soy, en el papel. No son versos, y como no tenía un título adecuado, le puse "Sin poesía". Tal vez sea la primera y la última vez que escribo sobre mí misma.
Ya he rehusado muchos títulos en mi vida. Soy vanidosa de querer parecer bonita, de seguir estudiando y aprendiendo humanidades, de no ser creyente en estupideces como la religión y otras supersticiones. Eso es lo que digo para mí misma: "Me siento fuerte". No fuera fuerte. ¿Cómo aguantar los insultos que la vida de eterna exiliada y ciertas personas, con quienes soy obligada a hablar en la convivencia con este país, me hacen? ¿Cómo protegerme de tantas mentiras de los que me quieren, o los que fingen quererme?
Mis hijas Luzia y Emilia me han dado un lindo regalo. Unas hojas de fotos-sellos postales, que ellas mandaron hacer con algunas fotos significativas de mi vida, o que ellas creen ser significativa de mi vida. De los 100 sellos con fotos, que ellas me regalaron hay uno con la foto de mi hijo más joven, Luis Carlos con mi nieto mayor Gabriel; hay otro en el cual estoy con mi nieto más joven, Noah; en otro está mi hijo Pedrinho, tranquilo en uno de esos lindos días que a veces logra tener, cuando nadie lo molesta… Pedrinho tiene autismo. Y hay una foto de mi juventud. Aunque no se parezca en nada con la mujer que soy hoy día, así era yo, a los doce o trece años de edad. Yo era modelo. Esta foto obtuvo el primer lugar en un concurso nacional. Entonces yo estaba todavía en Brasil.
Como es mi cumpleaños, me pongo a pensar. Justo estos días he tenido algunos conflictos con mi hijo más joven, que ahora tiene 20 años de edad y se cree dueño del mundo. Le compré un coche, nuevo y bueno, pero sin música ni radio. Ha habido tantos accidentes de coche con jóvenes de mi familia a causa de la distracción que significa cambiar el CD o la banda de la radio. Para no preocuparme con sus viajes a la universidad, en las peligrosas carreteras de Ohio, lo prohibí de llevar música en el coche. Pero él me hizo trampas, y se llevó los parlantes de la computadora y el toca-CD's para el carro. Yo lo pillé con todo el aparato improvisado cuando llegó de la clase. Entonces la preocupación me hace subir la presión de la sangre, etc. Mi médica me pregunta si quiero una receta para la medicina tranquilizadora de la moda: el ZOLOFT. Y mi observación sobre el caso de tomar o de no tomar drogas para sentirme bien es negativa. Hay miles de personas que lo hacen. Hay mucho más gente que lo hace y vive de pura ilusión, de que hay gente que no lo hace y que prefiere enfrentar la realidad y dominarla con puro coraje, sin acusar a nadie de sus problemas y sin tener pena de sí mismo. Cuando yo era muy joven yo experimenté con drogas, como todos hipies e intelectuales. Ahora sé apreciar mi victoria personal contra todo lo que me hacía infeliz. Estoy sola, pero a veces disfruto de la soledad como si ésta fuera una libertad absoluta. Decidí no tomar ZOLOFT.
Si en mi poesía exploro el tema de la soledad, es una cosa más a disfrutar, pues tengo un gran placer en escribir. La felicidad ilusionada no me produce nada ni me ofrece nada compensador. Tal vez he sentido así idiotamente feliz en mi vida. Pero no duró más que un segundo. Inmediatamente me vino el pánico de perder la felicidad. Y con él pánico, la perdí de una vez por todas. Estoy en lo mejor que he estado en toda mi vida. Y esto es porque estoy consciente de lo que soy y de lo que quiero ser. He sobrepasado todas las ilusiones. Pero sigo utilizando las ilusiones en mi poesía. No miento en mi poesía, pero mi poesía está hecha de relámpagos de realidades y de retóricas ficciones.
Cuando recibí mi título de Doctora en Letras Romances, fui a trabajar en la universidad de Georgetown, en el Estado de Washington. Fue la primera libertad de mi vida. Pero ya tenía dos hijas y las llevé conmigo. Mis clases eran por la noche, y como no tenía quien me cuidara las hijas, las llevaba conmigo a las clases, y a los ensayos de teatro. En Georgetown yo dirigía el teatro del Departamento de Portugués y del Departamento de Francés. También militaba ya en la Resistencia a las dicataduras de Latinoamérica y hacía piquetes ("pickets" - expresión chicana que significa "cargar carteles políticos contra el gobierno") frente a la Casa Blanca. Mi grupo consistía en mis estudiantes. Como yo era muy joven, yo también pasaba por estudiante.
El relámpago de felicidad que tuve en mi vida, lo pasé en Boulder, la ciudad de Colorado, en donde viví por 13 años de mi vida. Entonces, mi vida era un poco la familia (marido y cuatro hijos), y la universidad en donde trabajaba y me divertía. ¡La Universidad de Colorado es un mundo! La vida cultural y social que yo vivía allí no se puede tener en muchos lugares del mundo. Yo daba mis clases de lengua, cultura, literatura y teatro. También militaba en política con mis estudiantes y en la resistencia latinoamericana. Cuando tenía tiempo de vacacionnes o aunque no las tenía, viajaba. Fui a casi todos los países de Sudamérica, Caribe, Europa, Rusia y del Oriente. Además de eso, fundé la Asociación Internacional de Escritores y Artistas, cuya sigla en inglés es IWA y que hoy día tiene más de mil doscientos socios.
Mi vida en Bluffton College fue muy intensa políticamente y tuve un apoyo fantástico e incondicional de los menonitas. Eso porque aunque ellos sean religiosos, son más revolucionarios que religiosos y son extremamente tolerantes de los no-religiosos. Uno de mis colegas, profesor de teología, consideraba que el ateísmo era una religión sin dios, para incluirme en su grupo de discusiones y conferencias. Y me daban oportunidad de exponer mis puntos de vista sobre cualquier asunto discutido en el grupo. Con ellos hicimos muchos "picketes" contra la guerra en los edificios del gobierno. Fundé un curso en Cuba, y enviaba estudiantes a vivir la experiencia socialista en varios grupos de 10 a 15 estudiantes, de tres a seis semanas.
Mi vida reciente no tiene más el entusiasmo de la juventud. Ya no hago "picketes", pero escribo y publico mis ideas políticas, mis protestas sociales, mi indignación contra el capitalismo obsceno de EE. UU. y de los países que lo imitan. Hago lo mismo en la tribuna del Parlamento Mundial de los Estados por la Seguridad y la Paz.
No estoy cansada. Apenas empiezo.