CENIT portavoz de la regional exterior de la cnt-ait

"SI CADA REFUGIADO ESPAÑOL NARRASE SIMPLEMENTE LO QUE HA VIVIDO, SE LEVANTARÍA EL MÁS EXTRAORDINARIO Y CONMOVEDOR DE LOS MONUMENTOS HUMANOS" FEDERICA MONTSENY, 1978

19 noviembre, 2006

CENIT: ¿Quiénes son los responsables?


por P. PERALTA

Me refiero a acontecimientos recientes; ciertos de ellos merecen comentario. El comentario es libre, se acepte o no. Si de ello expongo el mío, creo llevar mi pequeño grano de arena. Con lo que decimos que no hay efectos sin causa, y hacemos referencia a quienes aceptan un mandato, que concierne físico y moral en sea la sociedad que de una manera u otra está en vigor.
Se nos dice en los países considerados de sociedad democrática, que los mandatos se adquieren por una mayoría de votos, que han conseguido sobre un programa expuesto por un candidato, sea él político, religioso (entre los soberanos de la misma) y hasta -¿por qué no decirlo?- en lo social, cuando se trata de lo que debiera ser un contrapoder sobre ciertas prácticas políticas, que incurren en falta en el conjunto y en parte hasta la sociedad donde se vive.
Desgraciadamente, siempre cuando se dice vivir en democracia, deja mucho que desear una institución programada - sobre todo de la cual se dice ser de principio democrático, con los lemas de Libertad, Igualdad y Fraternidad. Es posible que con buenas intenciones sus proponentes creyeran, que la puesta en ejecución y en práctica de estas tres palabras maravillosas era suficiente para que la conducta del mundo sería humano, con esos principios indispensables, para una vida honorable y eficaz, enfrentando colectivamente todos los problemas. Quizás no pensaron, que una vida sin igualdad solo podía ser pasagera o solo en beneficio de las clases privilegiadas. Además, ¿cómo podía adquirirse la fraternidad, si los gozes de la vida dependían de los solos privilegiados? Posible es, también, que con las buenas intenciones, dependientes del razonamiento y de la capacidad humana, se pensó que esos tres principios eran lo suficiente para el bienestar de los humanos. No pensaron que los seres humanos pertenecemos al reino animal con un instinto a la par de todos ellos: porque cuando el animal está hambruno, su reflejo principal instintivo se declava en "todo para mí". En la sociedad humana le hemos denominado egoísmo. Entonces era indispensable que una cuarta palabra de predisposición sea añadido, que contraponía al resto de los animales con su solo instinto, la otra bella palabra: solidaridad.
Y en eso estamos; ejemplos hay a montones, que el más simplista de conocimientos puede probarlos, incluso hasta balbuceando. Para ser corto, citaremos dos de los más recientes, uno en política, en religión el otro:
En política, mientras mi cerebro confecciona este tema, me entretengo a una emisión televisiva, un debate donde el principal invitado es nada menos que el actual ministro del interior de este país en que vivimos. Donde -pienso- está convencido de lo que dice, nos suelta sobre el problema del desalojamiento de los emigrados (el caso de Cachan). La situación le obligó echarlos "manu militari" de un edificio ocupado, destinado a los universitarios, y de una manera urgente, para no encontrarse con todos sus "tártulos" en medio de la calle, puso a disposición un centro deportivo, aunque viviendo amontonados, pero cubiertos por el alcalde del lugar. El ministro se defendió diciendo: "Obedecí a las órdenes, que desde hace dos años se reclamaba el desalojamiento del edificio destinado a los universitarios…" (que cuando lo ocuparon estaba vacío por vetusto). Es decir, el ministro del Interior desaloja y mete a la calle sin ningún otro refugio a varias decenas de familias, sin otro recurso que alguien pudiese ocuparse de vivir en cubierto. Y con esa respuesta el ministro se le vió tranquilo de cumplir con su deber, sin buscar recursos como lo hizo el alcalde del lugar, respeto de la propiedad privada, aunque ella sea del Estado del cual ejerce el mandato de ministro.
El otro ejemplo se situa en la religión (reconocida como institución legal): El papa, Benedicto XVI, en un discurso delante un circulo universitario de su país de origen, Alemania, condena al islam de alguna manera como religión violenta, visto los hechos terroristas, que se están ejerciendo en nombre de esa religión. Quizás las intenciones de ese Papa origina en las tres religiones monoteistas (de un solo dios), que en sus escritos condenan la violencia. Cualquier ciudadano no creyente puede haber dicho lo mismo, y como acertado, no sólo de la religión musulmana en el presente, sino a través de la historia también de la religión cristiana, que los ambiciosos del poder practicaron la violencia en sumo grado. A ese papa cualquiera puede condenarlo de un oportunismo sin vuelta de hoja, no diré de analfabeto - que no lo es- pero sí de superlisto, con pérdida de memoria en lo mejor de los casos, olvidando que en nombre de la cruz practicaron la violencia desde la antigüedad: las cruzadas, la inquisición, el colonialismo, por solo nombrar los hechos más destacadas, donde detrás de la espada iba la cruz para supeditar la populación.
Mientras con irresponsabilidades, falsas creyencias dominantes, de los destinos de la humanidad va descreciendo por el deseo de conservar privilegios por el engaño, la sumisión y la incultura que imponen y que se sigue imponiendo. ¿Hasta cuándo?